N̷o̷t̷e̷s̷ ̷F̷r̷o̷m̷ ̷T̷h̷e̷ ̷B̷r̷o̷k̷e̷n̷ ̷B̷o̷y̷ [𝙅𝘼𝙆𝙀𝙒𝙊𝙉]

- O16

— Ya te aburrió ese niño, ¿no? Solo llevan dos meses, HeeSeung— se burló JongSeong.

— No te metas con él, no te interesa lo que sucede entre nosotros.

— Lo mismo dijiste la vez pasada, ¿y qué sucedió después? ¿Lo recuerdas, no?— señaló otro de ellos

— Con él es diferente.— y de repente, sintió algo cálido dentro de sí, sonrió un poco.

— O es lo que tú quieres creer.— replicó— ¿Entonces, no te da lo que quieres aún? ¿Es muy inocente?

— Quiero amarlo de verdad. Esta vez sí quiero hacer las cosas bien, y no dejarme ganar...— «por mí mismo», quiso decir— Me he dado cuenta de que si lo pierdo, no encontraré a alguien igual.

— Eso no dijiste la semana pasada, HeeSeung— JiMin habló por primera vez en toda la media hora que estaban reunidos— Solo terminarás lastimándolo.

— Es muy molesto, sí, no lo soporto a veces, pero, de alguna manera, está ahí.

— Pero..— vieron que Sunoo se acercaba y se callaron— debiste haber llegado más temprano, ¿no crees?

— Ya lo has repetido como diez veces, SungHoon. 

— Ya traje las bebidas— de mala gana las dejó en la mesa— ¿Siempre tendré que poner yo la casa?— se quejó. 

— Deja de quejarte y  arrodíllate.

Sunoo los miró, uno por uno, asustado; el terror invadió todo su cuerpo.
— ¿Eh...?— musitó.
Un silencio se presentó en la sala, 

 — ¿Te la creíste?— se rieron ellos— Es mentira, ven con nosotros Sun.

Sunoo forzó una sonrisa y se sentó a lado de JiMin.

— ¿Estás bien?— preguntó él medio susurrando— te veías asustado...— colocó su mano en el hombro de Sunoo con suavidad.

— Sí... solo me sorprendí— respondió con la voz apagada.

¿Esos decían ser sus amigos?

Jungwon leía como por quinta vez un libro para al menos consumir el tiempo en dónde no podía hacer nada.

En medio de su plena concentración, le llegó un mensaje, y el nombre de HeeSeung apareció en pantalla.

El mensaje en sí decía: "Bonito, ¿puedo subir a verte?"

Y Jungwon se sonrojó, mientras sus hoyuelos hacían aparición debido a la sonrisa que ahora tenía en su rostro. Y dio algunas pataditas al aire por la emoción que sentía.

Hasta que paró a pensar en lo que le había enviado.

¿Subir a verlo?
¿Cómo era posible?
¿Estaba abajo?
¿Estaba en su casa?