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El pasar de los días fue totalmente diferente y aunque se le había hecho muy extraño, de alguna manera habría querido que su realidad siguiera en ese rumbo anterior y evitar sentirse deprimido nuevamente. 

Sunoo ahora era más que un pequeño dolor que no lo dejaba avanzar, se dio cuenta de que, en realidad, a él no le importaba más que lo que dijeran los demás, llegando a la conclusión de que todo lo que había hecho por Jungwon hasta ese momento, solo había sido parte de ello; y que, a penas flaqueó con la idea de salvaguardar mejor a su hermano menor, regresó a ser la misma persona de siempre. Humillándolo cada vez que podía e inventando cosas sobre él.

Y HeeSeung...
A él ya ni le importaba mucho lo que pensaba, simplemente lo dejó hacer lo que quisiera. Sin embargo, volviéndose muy posesivo cuando estaban con otras personas que no sean sus amigos; y, a veces, agresivo, como cuando una vez recibió una bofetada por su parte solamente por estar cómodo con alguien más; y también manipulador cuando se le daba la gana o cuando él le llevaba la contra en algo mínimo, siempre le decía que iba a terminar con él o lo iba a engañar, lo cual, al parecer no estaba lejos de la realidad, solo que Jungwon era muy ingenuo y sumiso como para decirle algo.

— Yang Jungwon, ¿qué haces ahí? Se supone que eres mi novio, tienes que estar conmigo siempre, ¿no? — se detuvo frente a Jungwon cuando pasó por su mesa. El mencionado bajó la cabeza, temiendo alguna reacción negativo delante de todos cuando voltearon a verlos. Heeseung estaba frente a él con una expresión molesta, observándolo con desaprobación; y Jungwon buscada las palabras para poder responderle.

— Oh, tienes razón... lo siento, hee— susurró sin mirarlo a los ojos, ni siquiera deseaba elevar su cabeza.

HeeSeung suspiró, tratando de controlarse.
— Ven, siéntate con nosotros.

Jungwon miró a Sunoo, él estaba enojado, muy enojado tanto que sus orejas se volvieron rojas. A lo lejos, Félix miraba con ansiedad y extrañeza; y cuando Jungwon se sentó en esa mesa, decidió ir a sentarse a otra mesa más cercana para asegurarse que su mejor amigo estaría bien.

La bandeja que Jungwon llevaba en ese momento, fue dejada en la mesa mientras se sentaba con desánimo, sintiendo las miradas de satisfacción y pena de otras personas.

— Oh, wow, nuestro tesoro está aquí, ¿te gusta estar con nosotros, lindo?— extendió su mano hacia donde estaba Jungwon, y habló pellizcando su mejilla, sin tener reacción alguna.

— Por supuesto que lo está. Es muy privilegiado de estar aquí.— siguió JungKook, y JiMin lo miró mal.

—Eres más precioso ahora que te tengo cerca — Sunghoon sonrió al tener a su lado izquierdo, su mano derecha viajó por debajo de la mesa hasta tocarle el muslo y reposarla ahí.

Jungwon no movió ni un músculo, estaba contra con su voluntad. Y HeeSeung parecía no darle importancia, porque solo pasó su brazo sobre sus hombros.
— Vamos a comer, lindo. No escuches sus tonterías— JiMin lo animó con una linda sonrisa. Y Jungwon comenzó a sentir la mirada de los que estaban en la mesa sobre él. 

Estaba a punto de comer, pero Sunoo se cansó de toda la situación, golpeó la mesa y se levantó de su asiento.

— Jungwon.— lo llamó, preparándose para lo siguiente.
— No comas demasiado. Te volverás más feo y gordo de lo que ya eres. ¿Crees que le gustarás a HeeSeung así?— lo miró de arriba a abajo. Jungwon dejó los palillos sobre uno de los platos que tenía frente a él, sintiéndose desconcertado de la situación. Su mirada se dirigió hacia su novio, sintiendo las palabras de Sunoo ciertas, cuando lo vio fuera de la escena mirando a alguien más— Mírate a ti mismo, eres un puto gordo.— dijo, y con la fuerza que tuvo, tiró la bandeja de comida hacia el lado vacío que quedaba de la mesa, sobresaltando a todos.
— Es mejor que no comas, ¿oíste?

N̷o̷t̷e̷s̷ ̷F̷r̷o̷m̷ ̷T̷h̷e̷ ̷B̷r̷o̷k̷e̷n̷ ̷B̷o̷y̷   [𝙅𝘼𝙆𝙀𝙒𝙊𝙉]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora