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— ¿Neta tu mamá se fue? —Preguntó por tercera vez Shitposter.

— Si. —Respondí.

— ¿Pero neta?, osea, ¿fuera de joda? —Volvió a preguntar, yo estalle. Extrañamente hoy me sentía más irritable que otras veces y definitivamente Shitposter no me estaba ayudando.

— ¡Qué si cagada, ya te dije! —Le grité, hubo silencio unos minutos y suspiré, pensé que al fin se iba a callar.

— ¿Y cuanta lana te dejó? —Preguntó.

— No sé, no la he contado. 

— ¿La tienes aquí? —Yo asentí y le extendí el sobre, él comenzó a contar los billetes, eran variados, había de cien, doscientos, cincuenta, etc. — ¡Woah, viejo!, ¡Te dejó ocho mil bolas y aquí dice que sobrevives al menos un mes!, ¿Tanto dinero gastas?

— ¡¿Ocho mil?!, qué. —Me sorprendí, ¿es mucho?, creo que si. Bueno, no es necesario pagar renta, ya que nuestra casa es propia, tampoco pagamos luz porque... Bueno, porque toda la cuadra se colgó del poste, tampoco hay que pagar el agua, únicamente sería para comida, pero la despensa está llena y yo no como mucho.

— ¿Qué harás? —Me preguntó. No sé, ¿debería guardarlo?

Suspiré, extraño a Papu, hoy no pudo presentarse a la escuela porque todavía se sentía mal.

Pendejo no aguanta nada.

— ¡Se viene fiestaaa! —Gritó, todo el salón nos volteó a ver y algunos pedían que los invitaran, se hizo un escándalo.

— ¿Qué mierda?, wey no mames, no voy a hacer una fiesta, estas pendejo. —Le dije.

— ¿Por qué no?, ¡sería genial!, así tipo Proyecto X. —Se le veía entusiasmado, y por un momento la idea pasó fugazmente por mi mente, ¿sería buena idea?

Paré esos pensamientos, debo ser responsable...

— O aunque sea algo pequeño, Pana, andaa. —Dijo en tono rogon. — No seas aguafiestas.

Pero... algo pequeño no haría daño, ¿verdad?






























































































(...)


















































 

















Algo pequeño, si claro. No volveré a confiar en Shitposter, maldito bastardo.

Todo era un maldito caos, ni si quiera me divertí.

Saliendo de la escuela fui con Mateo y Globo a comprar las cosas, compramos cervezas, botellas, vasos, botanas, etc.

La "reunión pequeña", sería la noche de mañana en mi casa. Ojalá me hubiera negado.

Bueno, todo se salió de control a cierta hora, cuando el alcohol y las drogas les hicieron efecto, yo estuve cuidando que no se robaran nada, que no rompieran y que no vomitaran, porque yo no iba a limpiar sus mierdas.

Cerré mi habitación con seguro, y ahora pienso que debí cerrar la cocina también.

Los idiotas estaban jugando con la estufa, dejando salir el gas y prendiendo fuego, no sé como es que no explotaron la casa. Como sea, la fiesta estaba adentro, yo salí a tomar aire y fumarme un cigarro porque me sentía demasiado estresado.

Gracias - PapuFresco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora