CAPÍTULO 1: De camino a casa.

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Axel

Llevaba semanas intentando retrasar este día.

Este puto día.

Hoy mi familia y yo nos volveremos a mudar donde mi tortura dio comienzo y espero que haya dado su fin.

Y si, digo espero, ya que como ella me reconozca, me intentará hacer la vida imposible de cualquier manera.

Soy consciente de que he cambiado bastante, antes llevaba brackets y unas gafas tan grandes que mis ojos aumentaban de tamaño como si los vieras a través de una lupa, pero aun asi, se que ella encontrara algún fallo por el cual volverme a hacer inseguro, o por el cual sabe que le daré muchas vueltas en mi cabeza para intentar solucionarlo.

Se que no debería importarme ya que se supone que he madurado, pero estoy acojonado.

Aquí, en Italia, llevo viviendo 6 años desde que mi padre encontró un trabajo por el cual le pagaban bastante más que en el antiguo taller de coche en el que trabajaba. Y con bastante más, me refiero a una puta fortuna.

Al mudarnos aquí, resolveriamos todas las deudas, y para mi sin duda fue un soplo de aire fresco, como si después de años de tener unas manos en el cuello que me asfixianban sin compasión, me soltaran de repente, permitiendo que respirara por primera vez en años.

Sin embargo, mi hermano no se lo tomó tan bien, él tenía en Manchester una vida totalmente opuesta a la mía, tenía muchos amigos, una novia guapísima, y por si no fuera poco, el muy cabrón es guapísimo.

Yo por otra parte siempre era el niño rechazado, el que se sentaba en la esquinita de clase para evitar cualquier contacto con otra persona, el que se pasaba el recreo en los baños leyendo su comic favorito una y otra vez por que sus padres no podían permitirse comprar el nuevo, del cual todos los niños de su edad presumian.

En fin, el niño rarito de clase.

Me duele pensar que todo esto lo pase con tan solo doce años.

Por suerte al mudarnos, pude cambiar eso y empezar de cero, le pedí a mi hermano que me pasara sus rutinas de ejercicio diarias, empecé a cuidar mi alimentación y mi aspecto. Al día de hoy ya tengo bastantes amigos, una novia encantadora, y creo que soy feliz.

Sin embargo hace unas semanas, al recibir la noticia del divorcio de mis padres, quedé destrozado, no me malinterpretéis, yo ya sabía que esto pasaría, era evidente que ya no se querían, se pasaban día y noche discutiendo.

Obviamente me dolió un poco, pero se que es lo mejor para los dos, lo que no sabía es que mi madre tomaría mi custodia y la de mi hermano de forma casi completa para volver a Manchester con ella, lo que supondría que sólo podría venir a Venecia en vacaciones y Navidad por lo que todo lo que había logrado construir aquí, se iría al garete.

Por mucho que quiera a mi novia, Chiara, supe que la relación se complicaría un 80% al estar separados por casi 2000 kilómetros de distancia, se lo expliqué tranquilamente, y aunque le sugerí que acabáramos con la relacion, ella me dio un no rotundo por respuesta, diciéndome que este solo era un bache más que teníamos que superar juntos.

Le hice caso, por lo que ahora mismo estoy en videollamada con ella, ya que me ha dicho que no ha podido venir a despedirse de mí, por un compromiso, no le he preguntado de que se tratara, pero será importante si no ha venido a despedirse.

Me sienta como una patada en el estómago, ya que yo habría dejado hasta el más importante de los compromisos con tal de despedirme de ella, pero aun así no se lo digo.

-Amore mio, quale vestito mi sta meglio, verde o rosso?- Chiara aparece en la pantalla de mi móvil, apoyado en mi escritorio, enseñándome dos vestidos, uno rojo y otro verde, me pide que le diga cual es de mi preferencia.

UN ARMA DE DOBLE FILODonde viven las historias. Descúbrelo ahora