April

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Los árboles llenos de vida, sí, ese era el mes favorito de Wei Wuxian. Solía salir al parque a ver las flores de diferentes colores, la brisa soplaba suave y el sol brillante en el cielo lo hacía sentirse vivo.

Como en un día normal de abril Wei Wuxian se dirigió a su parque favorito, planeaba dibujar algo antes de volver a casa, había sido una semana pesada, pero no era nada que dormir bajo el árbol solitario de la colina no solucionara. Caminaba animado con sus audífonos puestos escuchando alguna canción extremadamente romántica que fingiría no oír con su hermano presente.

Su plan era simple, pintaría el paisaje y luego se recostaría en el pasto hasta que el sol se ocultase. Sin embargo, sus planes fueron sorpresivamente interrumpidos. Un hombre de blanco estaba sentado en el pasto con su mirada perdida, su ropa extremadamente blanca lo hacía parece una deidad, su cabello negro como la noche era suavemente despeinado por el viento de abril.

De pronto sus ojos se encontraron, dorados como el sol del amanecer. Sus rasgos maduros, su nariz perfectamente proporciona y labios carnosos, le daban un toque celestial.

Tragando duro Wei Wuxian se sacó a si mismo de su ensoñación nada sutil. — estás en mi lugar — fue lo primero que salió de su boca.

— ¿mn? — cuestionó el desconocido pareciendo perdido. Wei Wuxian se aclaró la garganta — suelo venir aquí a pintar un poco, es agradable estar lejos de todo ¿No lo crees? — solo le siguió silencio.

— bien, si no te importa me sentaré aquí y pintaré, ya que por lo visto ya no es más mi lugar — tomó asiento en el pasto cruzando sus piernas.
El hombre a su lado se puso de pie inmediatamente — oye no es necesario que te vayas, mi madre me enseñó a compartir— dijo en forma de broma, tratando de disipar la incomodidad que habia ocasionado con su imprudencia.

—no es necesario que compartas — habló el desconocido.

Vaya su voz era muy masculina, ignorando su estremecimiento Wei Wuxian levantó la vista, un alto hombre se cernía como un inmortal. Poniéndose de pie ofreció su mano derecha — Soy Wei Wuxian, Wei Ying de nacimiento — el hombre titubeó un poco pero acepto su mano, el suave tacto y fuerte agarre  erizó su piel. — ¿Cómo te llamas?— preguntó perdido en los ojos ambarinos.

—Lan Wangji, Lan Zhan de nacimiento— una voz profunda llegó a sus oídos, un sentimiento desconocido lo embriagó, este hombre era tan enigmático.

— así que ambos tenemos nombres de cortesía, que coincidencia — rió tímido, ¡se sentía tímido! ¿Qué clase de falla en la matrix era esta?.
— Oh lo siento— dijo percatandoce que aún sostenía la mano de aquel hombre de bonito nombre.

Lan Wangji se aclaró la garganta y habló — me iré—.

— ¿Eh? No es necesario, lo de mi lugar era solo broma, puedes quedarte — se apresuró a decir —podríamos ver el atardecer, creo que seria agradable ¿Que dices Lan Zhan?—.
No estaba seguro pero creyó escuchar un "mn" proveniente Lan Wangji.

La tarde se pasó rápido, Wei Wuxian y Lan Wangji hablaron de diferentes temas, o, Wei Wuxian habló y Lan Wangji lo escuchó como si lo que saliera de su boca fuera música.

— ¿podrías prestarme tu teléfono un momento? — preguntó Wei Wuxian vacilante. Un par de segundos después Lan Wangji le extendío su teléfono, animado Wei Wuxian lo tomó y escribió algo — toma— dijo ofreciendo lo de vuelta — ese es mi número, llámame cuando quieras o escribeme si se te hace mas comodo, creo que ambos lo pasamos bien, quizás podríamos repetirlo— habló mientras abrazaba sus cuadernos de dibujo.

—mn, me parece bien— ofreció Lan Wangji.

Brindándole una sonrisa Wei Wuxian se despidió —buenas noches Lan Zhan—.

Por defecto de la razón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora