Ryu Shi-oh se había vuelto muy conocido en el mundo empresarial de corea. Todos lo veían como uno de los empresarios más ricos y poderosos y lo envidiaban por lograr todo su éxito a tan corta edad, la envidia era un sentido común entre los seres humanos que podría traer cosas tanto buenas como malas, pero el coreano supo manejar todo a su favor y consiguió algo que muchos empresarios no habían logrado a la perfección: el miedo. Los rumores de que Shi-oh venía de una mafia rusa y de que había matado más hombres de los que había conocido se esparcieron por toda la clase alta de Corea y estos mismos por miedo a que el joven les hiciera algo preferían mantener su distancia y tener una relación netamente en el trabajo.
A Ryu nunca le importó que esos rumores crecieran, al final de cuentas ni eran mentira y así podía estar solo y enfocarse al 100% en su nuevo proyecto que podría acabar con su oscuro pasado. A pesar de que en la soledad le estaba yendo muy bien, el ser humano por naturaleza necesita estar acompañado, y el no supo la razón de esas palabras hasta que la conoció a ella.
La vio por primera vez en la recepción de Heritage, aquella chica castaña que destacaba no ser coreana acomodaba unos arreglos florales mientras tarareaba una dulce melodía de una banda británica que estuvo famosa hace unos años atrás, era una ternura. Inevitablemente se la siguió cruzando, cada parte de la chica le atraía y más el hecho de que no se inmutara del hecho de que aquel hombre la observaba sin mucha vergüenza; a los ojos de Shi-oh, la castaña era un pequeño conejo que tenía que ser protegido, y él la iba a proteger cueste lo que cueste. No tardo mucho en enterarse de su nombre y de su horario de trabajo, tampoco tardo mucho en saber el nombre de su floristería ni que estudiaba bellas artes, lo que si tardo fue en acercarse a ella; estaba esperando la oportunidad perfecta, quería saber si sus suposiciones sobre ella eran ciertas y cuando por fin la encontró mirando con anhelo aquel cuadro de la daga y la rosa entendió que ella si necesitaba ser protegida y sin pensarlo dos veces aprovechó su oportunidad.
Que hombre más calculador.
Gracias a sus planes, ahora se encontraba esperando a que su dulce Hanne llegara a la hora estimada para poder empezar el proyecto que tenían preparados. No pudo concentrarse en toda la mañana pensando que iba a ver a la chica, nunca había experimentado aquella sensación, siempre había sido la persona que esperan, a él nunca le había tocado esperar; pero es que le encantaba que la chica no le tuviera miedo, sabía que era igual de tímida con todos y cuando tuvo la oportunidad de soltarse con el lo hizo con naturalidad y sin una sola chispa de miedo.
Pero miedo tenía él ahora de creer que se estaba enamorando.
Pero eso no podía ser, ¿o si? Nunca había experimentado eso, nunca supo lo que era el amor familiar o el que hay entre dos personas. Pero por ella estaba dispuesto a descubrirlo.
Por su lado, Hanne iba a pasos nerviosos y algo rápido a las oficinas de Doogo, estaba algo retrasada y no quería darle una mala impresión a quien sería su nuevo jefe. La chica no había parado de pensar en el, en su altura, sus ojos, su sonrisa, sus labios...
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Mi dulce pétalo (Ryu Shi-oh)
FanficQuien iba a creer que una daga y una rosa podrían complementarse una a la otra. Dos personas, completamente diferentes, con gustos y vidas tan distintas, no pueden estar hechas una para la otra... ¿o sí? Ella tenía un alma pura, limpia e inocente...