CAPÍTULO 6

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MARATÓN 2/3

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MARATÓN 2/3

Pooh observó a su hombre acechando más cerca del aparcamiento de la reserva, acercándose a Aris y esperando a sus compañeros de Orgullo

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Pooh observó a su hombre acechando más cerca del aparcamiento de la reserva, acercándose a Aris y esperando a sus compañeros de Orgullo. Los leones se congelaron al notar su proximidad y le miraron de cerca. Pooh caminó quince metros con Boss y Noeul, procurando mantenerse lo más lejos posible de Pavel. Long caminaba detrás de Pooh, cerrando las filas. Una vez que estaban todos reunidos en un grupo grande, Boss se acercó y ofreció una mano a Aris.
Aris miró a Boss y luego desvió la mirada hacia Pooh por un momento. Pooh asintió y Aris tomó la mano tendida del hombre lobo.

-Gracias por permitirnos buscar en tus tierras.

Boss retiró la mano y se puso las manos en las caderas.

-No estoy seguro de por qué tu leona desaparecida estaría en la tierra de la manada, pero estamos dispuestos a dejar que la busques. Asumo que Pooh te advirtió sobre el maldito lobo que lo atacó.

Aris miró más allá de Boss para mirar a Pooh de nuevo, la ira inundó su cara.

-No, no lo hizo.

Pooh bajó la mirada hacia el suelo antes de volver a mirar a Aris. Odiaba el hecho de que parecía débil enfrente de su Orgullo, especialmente de su tío, que se limitó a sonreír desde el fondo. Pooh frunció el ceño mientras miraba al hombre más detenidamente. Para un padre al que le faltaba una hija, no parecía demasiado preocupado o molesto. Todos los hermanos de Anastasia parecían tener el corazón destrozado, al igual que su madre. Los ojos de Beea estaban enrojecidos por el llanto, su rostro marchito y desdibujado. Nunca había visto a la mujer tan desamparada, y eso era mucho teniendo en cuenta quien era su compañero.

Su tía hizo un gesto para que Pooh se acercara a ella. Pooh se acercó lentamente, tratando de mantener su atención en el plan que Boss y Pavel fueron perfilando mientras caminaban.

-Aris me dijo que uno de estos hombres te ha reclamado -susurró.

Pooh cerró los ojos. No estaba listo para más preguntas. Y no podía enfrentarse a la condenación de Beea. Había sido uno de los pocos seres que lo aceptaron por quién era, sin importar qué.

El Lobo de PhooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora