capítulo 9

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Ese dia la pasé con mis hijos los cuales no tenían classe ese mismo día y pase un hermoso día con ellos.

En la noche al hacer dormido a todos y haber regresado a mis aptitudes sentís envié a Ezra a buscar a Sumbul para ver si ya tenía noticias sobre lo que le había pedido.

- Mi sultana - hizo reverencia.

- Ya tienes lo que te pedí? - el eunuco asíntio.

- Isabela Fortuna es una princesa que provienen de Italia hija de Luis II, ella estaba comprimida con Fernando el príncipe heredero de Francia y cuando estaba en barco yendo hacia ahí los bárbaros la detuvieron y la vendieron a Ibrahim Pasha el cual se lo dijo al sultán. Suleiman tenía pensado usarla en asuntos políticos pero y estado visitandola muy seguido, incluso ella pidió una mesa porque no estaba acostumbrada en comer en el suelo y se le fue dada, la mujer escapó y el mismo sultán la fue a buscar.

Al escuchar todo eso no podía evitar sentir rabia, mi corazón ardía en ese mismo momento. Ese hombre como me podía hacer eso, y esa mujer de dónde había salido, porque había llegado aquí y en cuando al Pasha eso ya era otro tema.

Tenía pensado ir a ese palacio de caza a ver cómo era esa mujer al día siguiente por lo que cuando sumbul se fue le fui a dormir aunque no logré pegar ojo hasta la madrugada.

* * *

A la mañana siguiente..

Al terminar de desayunaron deje a mis hijos mayores en sus clases y a los menores con Gulsha y Ebrar mi otra criada por lo que junto con Ezra me subí a un carruaje que había pedido que preparasen y me fui dirección al palacio de caza.

En el camino sentía que no podía mas, esa mujer debía irse de aquí pronto porque sino terminaría matándola.

Cunado el carruaje ese detuvo a unos metros del palacio para que nadie lo viese, me baje con Ezra y me acerque siglosa mente para observar todo. Estaban algunos guardias e aghas vigilando el palacio.

Quería entrar pero Suleiman llegó al lugar por lo que me escondí tras un árbol. Pude ver cómo una mujer de cabello ondulado y largo y un vestido grueso color azul oscuro bastante diferente al de este lugar, salió y se puso frente a él.

Pude ver que hablaban pero no podía escuchar que decían, luego vi que esa mujer le cogió la mano y lo llevo a dentro del palacio. Cuando sucedió eso sentía que me arrancaban el corazón, como podía hacerme esto, a mi, a la madre de sus hijos.

Me volví al carruaje el cual comenzó a caminar. Sentía que me quedaba sin aire.

- Sultána se encuentra bien?

- Diles que se detengan rápido - dije con dificultad debido al aire que el faltaba.

Hizo lo que le pedí y salí a tomar aire, no podía mas y solté un grito.

- Sultána no se haga esto porfavor.

- Suleiman cree que puede jugar conmigo pero no es así, ese hombre sabrá quién soy.

Volví a subir al carruaje de vuelta al palacio.

* * *

Dos días después..

Durante estos dos últimos días no había hablado con Suleiman y el tampoco esque me hubiese llamado a sus aposentos o algo por el estilo. Yo tenia pensado hacerle pagar por lo que me hace.

La valide y Hatice se habían enterado sobre la princesa, mientras que Hatice se sentía mal por mí la valide estaba feliz por eso tanto que cuando hizo una celebración en la que yo también estaba invito a la princesa.

Yo le sentí tan mal por su presencia que me retiré sin ni si quiera pedir permiso a la valide pues no tenía porque hacerlo.

Me dirigí a mis aposentos y salí al balcón a tomar aire, lo necessitaba de verdad. Pero al subir mi cabeza pude ver a Suleiman y la princesa juntos hablando mientras Suleiman le señalaba el Bósforo y no se qué más.

Vi una jarra de agua en una mesa y la tire al suelo para hacer algo se ruido consiguiendo que el me viese. Y de reojo pude leer sus labios como decía mi nombre y luego se iba hacia dentro con la mujer esa.

Yo me fui de nuevo hacia dentro también pero sali de mis aposentos en dirección a lo de Suleiman. Quería hacerle pagar ero no perdiendo todo lo que había conseguido claro.

Al llegar en encontré con que los dos se encontraban charlando de pie uno frente al otro, me acerque a Suleiman y me puse frente a él viéndolo a los ojos.

- Dime Mahidevram que haces aquí.

- Vine a charlas con vosotros, pude ver que charlaban muy a gusto los dos juntos y no me podía perder esta agradable charla - dije sarcásticamente.

- Isabela no pude presentarte a Mahidevram, ella es mi esposa y la madre de mis 11 hijos.

- 11? Pensé que tenía solo 8 - sonrió amargamente.

- Son todos mis hijos, sin importar si tenemos o no la misma sangre yo los crié - le dejé claro - vete.

- Como? No le puedes dar órdenes.

- Si puedo hacerlo, ahora vete.

- Vete Isabella - le dijo finalmente Suleiman viéndome a mi.

Cunado al fin de fue Suleiman me miró.

- Dime qué te sucede, me miras como si quisieras decirme algo.

- Quiero decirte miles de cosas Suleiman pero prefiero callar.

- Dímelo Mahidevram.

- Mientras tú te acuestas con otras mujeres yo esperaba y criaba a nuestros hijos pero no tolerare más esto, yo soy tu esposa y la madre de tus hijos no me puede tratar como cualquiera y tampoco soy alguien a quien puedes querer y desechar cuando te aburras escuchaste.

- Ten cuidado con lo que dices estás hablando con un sultán.

- Y tu en frente me tienes a mi, la Haseki Mahidevram sultán, la madre de 11 hijos sabiendo que 3 de ellos son suyos con otras mujeres. Soy la Sultana de la primavera y la Sultana de la luna recuerda usted me puso ese nombre - me fui sin escuchar ni una palabra más de el y sin hacer ningún tipo de reverencia directamente hacia mis aposentos.

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1027 palabras.

Espero les haya gustado este nuevo capítulo.




Mahidevram GulbaharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora