Carta del Frente

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Querida Eleanor:

Hermana, al escuchar tu discurso, me has dejado perplejo al darme cuenta de que no tienes la menor idea de la brutal realidad de este conflicto. Al componer esas palabras, pareciera que no estabas pensando en absoluto.

Te insto a reflexionar profundamente. Nos pides que enfrentemos y, en muchos casos, acabemos con los soldados que nos invaden, pero no has presenciado lo que he visto. No has estado presente en el escabroso combate, ni has experimentado las horribles muertes que muchos de mis camaradas han sufrido mientras cumplían con lo que tú solicitaste: "asesinar" a los invasores.

Es fácil olvidar que esos soldados también tienen padres, hermanos y hermanas que anhelan su regreso a casa. Me duele saber que ignoras completamente la destrucción total de un pequeño poblado rural, o las vidas inocentes que intentaban huir del caos, solo para encontrarse con un reguero de sangre y sufrimiento.

Imagínate caminar al amanecer por ese pequeño poblado, Eleanor. Puede que ignores mis palabras, pero espero que, al menos por un momento, sientas el peso de la guerra.

No luchamos por tu entretenimiento. Han pasado meses, hemos dormido a la intemperie, nuestras carencias y heridas no son para que puedas disfrutar de fiestas ostentosas o embriagarte con tranquilidad. Lo hacemos para salvar a todos de la terrible miseria que vivimos aquí y para asegurar que nuestra nación florezca en el futuro.

Con profundo pesar y esperanza de que algún día entiendas,

Capitán Hans Sherwood del 12º Pelotón de Fusileros Sanmartinianos.

Operación Argentum: Entre la Gloria y la DesolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora