2. D... Lina

147 25 0
                                    

El carruaje se detiene.

—Llegamos — George abre la puerta del carruaje.

Me levanto de los asientos apenas él baja, el castaño claro me extiende su mano derecha para ayudarme a bajar.

—Mi espalda ya estaba matándome, no aguantaba un segundo más viajando y este corset no me favorece — menciono en voz baja.

Mi mejor amigo ríe sutilmente.

—Princesa Dalina — Saluda una mujer mayor, acercándose a nosotros, ella hace una reverencia corta.

—Le presento a un gran amigo de la corona, George Dupont — comento al ver que no saludo al joven junto a mí.

La mujer finge una sonrisa y hace una reverencia.

Por primera vez sonrío.

—Estamos muy complacidos con su llegada a la academia, es un honor.

Miro de reojo a George.

—Le agradezco tanto por hacerse presente ante nuestra llegada, creo que ya tuvo el gusto de contactarse con mi hermano.

Ella asiente.

—Nos gustaría recibir un recorrido, George estará encantado por aprender a tocar el piano — veo como los ojos de mi mejor amigo se iluminan — Por mi lado me gustaría tomar algunas clases variadas.

—Claro que sí, princ…

—Por favor, le pido amablemente que deje la formalidad, después de todo seré una estudiante de su academia, me gustaría tener una plácida estadía aquí.

—Por su puesto… — se queda callada al recordar mis palabras — Señorita, Dalina.

Le sonrió.

—¿Cree que podamos conocer las instalaciones? — cuestiono.

—Si, síganme.

—Me quedare para bajar su equipaje, princesa — habla George.

Me detengo para verlo.

—George, eres mi invitado — paso mi mano por la suya — Piensa que esto son unas pequeñas vacaciones, solo serán semanas y creo que hay más gente que se puede encargar de esto, ¿Verdad? — miro a la mayor.

—Si.

La mujer mira a varias personas y estas enseguida van al carruaje por el equipaje.

—Esta bien, pero… recuerde que después de todo soy su criado — murmura el castaño.

—Georgie — me detengo para verlo de frente — Tu y yo fuimos criados juntos, eres como mi hermano, deja de decir eso, sabes que lo odio, además, mi padre, el Rey — le recuerdo— Quería que estuvieras aquí, conmigo, para que siguieras tu sueño.

Mi mejor amigo me sonríe.

—Bueno, pero, aun así, tengo que pagar todo esto y tengo que servirte.

—George — enuncio su nombre con un tono de voz diferente.

—Por favor, Dalina, me sentiría muy mal y lo sabes.

Ruedo los ojos, nada apto para una jovencita como yo.

—Bueno, pero disimula — me acerco un poco a él para que la mayor que esta frente a nosotros no escuche — Sabes que no quiero que nadie sepa que soy una princesa, solo una Lady o Duquesa.

Él ríe.

—Si Gaston te estuviera escuchando moriría.

—Si, pero aprovechemos que él no está aquí.

Vuelvo a enrollar mi mano con la suya y seguimos a la mujer.














[…]



















Unos días habían pasado desde que nos encontrábamos en la academia de Bath.

Dos golpees se escuchan en la puerta.

La sirvienta que esta dejando el desayuno en mi cuarto, abre la puerta.

—Buenos días — la saluda George.

La joven de cabello rubio hace una reverencia y le sonríe con las mejillas rojizas antes de salir.

Sonrió al verlo.

—¿Ya desayunaste? — pregunto.

—Desde temprano, quería practicar unas partituras nuevas.

—Me contaron por ahí que mejoraste — comento tomando un poco de té — Creo que el piano que te regalamos al fin tendrá un buen uso.

—Aun no puedo creer que hayas convencido a Gaston en regalarme algo y aun más que él aceptar tu propuesta.

Rio levemente.

—Tienes razón, bueno — lo miro directamente — ¿A qué se debe tu agradable visita?

—Quería enseñarte lo que he aprendido, me resulta muy emocionante todo esto.

Lo miro completamente feliz.

Sabia cuanto había querido esto, Georgie.

—Me encantaría.

Bebo un poco de la taza y tomo mi abanico.

Me acerco a él y camino a su lado siguiéndolo.

Platicamos mientras tanto, le contaba como iba mis clases de pintura y de escritura.

—Aquí es — anuncia el joven — Tienen un piano forte tan delicado, es increíblemente elegante, no sé cómo explicarlo.

George abre las puertas del salón.

Del otro lado, una joven de polo castaño claro, con tes blanca, labios sutilmente rosados y un rostro delicadamente fino, se espanta por unos segundos.

—Eres tú, George — dice aliviada.

Al momento que nota mi presencia se pone algo nerviosa.

—Perdón, Ella es D…

Lo interrumpo rápidamente.

—Lina, solo Lina — menciono.

El joven junto a mi me mira sin comprender porque había dicho eso.

Hago una reverencia.

—Mi nombre es Francesca Bridgerton o bueno, solo Francesca — ríe sutilmente y también da una reverencia.

—Ella es mi mejor amiga, Lina — explica para la chica que recién conocida, Georgie me mira — Francesca es mi compañera de clase, ella también ama el piano tanto como yo.

—No es muy usual ver a un varón en clases de piano, de hecho, George es el único — habla Francesca.

—Que te podremos decir, Georgie es extraño — me burlo y los tres reímos — Desde niños a amado los pianos, no se que les ve, es muy complicado.

—Creo que cada persona tiene su propio talento, ¿Me permite adivinar el suyo? — cuestiona viéndome.

—Adelante — le sonrió.

Ella me observa cuidadosamente.

—Es una amante de la pintura — declara.

—¿Cómo lo supo? — pregunto completamente sorprendida.

—Tiene manchas de pintura en sus uñas.

Observo mis manos.

Era cierto, en las uñas había un poco de pintura.

—Sorprendente, muy meticulosa, me agrada, Señorita, Francesca.

Ambas nos sonreímos sin saber que desde ese momento nacería una hermosa amistad.

I hate it here || Colin BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora