Naruto: El Conquistador.

Capitulo 102. Hinata Hyuga.

Capitulo 102. Hinata Hyuga.

6  de septiembre del 1222.

En algún lugar del mar, una gran embarcación de Shinobis de Kumogakure cruzaban el océano.

El sentimiento de unidad y motivación era grupal, todos estaban ansiosos por desembarcar con éxito en territorio enemigo.

Habían preparado el desembarco durante bastante tiempo, reunieron a una buena cantidad de Shinobis, de barcos y armas.

Estaban más que preparados para lograr su cometido.

Confiaban en que Konoha no lo sabría, pero si era de su conocimiento que habría un desembarco en sus playas, aún así estaban preparados y bien entrenados.

Nadie les pondría resistencia, pasaron una cantidad de tiempo muy considerable entrenando y fortaleciendo sus habilidades, estaban seguros de que lograrían atravesar las posibles defensas enemigas.

Había mucha confianza entre todos los ninjas de la nube, más de 1400 tropas listas para enfrascarse en el fragor continuo de la batalla.

Motoi estaba pensativo, al frente de la proa del primero de todos los barcos de metal.

El Raikage le había asignado una misión, conquistar las playas y destruir el pueblo más cercano con él que se pudieran encontrar.

Después de eso, establecerían un campamento y punto de apertura para que más ninjas de Kumogakure pudieran ingresar.

Sin esa primera conquista con el objetivo de mermar las pocas o muchas defensas de Konohagakure, no podrían avanzar mucho más.

Además, estaban reservando un mar de tropas en Kumogakure no Sato. No podían simplemente enviar a una gran cantidad de ninjas, porque su aldea estaría desprotegida.

Por eso actuaban con cautela y con gran cuidado sobre sus decisiones, todos sabían que una mala decisión de un kage, podría condenar las vidas de sus hombres.

Motoi se mantenía con confianza, había sido amigo de Killer Bee en el pasado, y sentía la gran responsabilidad de vengar su muerte eliminando a la escoria de Konoha.

Eso era Konoha, escoria, no solo ellos sino que casi el mundo entero los llamaba así. Los demonios de fuego, el ejército rojo, los trepa árboles... La escoria.

Y la escoria, tenía que ser barrida, trapeada y humillada para después eliminarla, tal como la basura, tal como la peste, tal como las plagas.

Xxxxx.

Playas del Estado del Arroz.

Shino no había dejado de mirar al frente, su mirada se clavó en el basto océano durante más de una hora.

Nadie se había atrevido a interrumpir al infame Anbu, ni siquiera Kiba quiso platicar con él y atreverse a recibir un gruñido como respuesta, pues el aura que emanaba era una de seriedad total, combinado con algo de sentimiento sanguinario.

El afamado agente de las fuerzas especiales era bien conocido por literalmente, hacer pedazos a sus enemigos.

Lo demostró una y otra vez más en el campo de batalla. Mostrando una actitud y habilidad soberbias en la tensión de la guerra.

Sus pensamientos sobre Hinata y su bienestar seguían llegando a su mente, de misma manera seguía preocupándose por Kiba.

Su equipo significaba mucho para él, eran de lo más preciado que tenía y no quería perderlo. Pero la guerra era la guerra, así que preparó su mente para esa idea aunque no le gustara en lo absoluto.