DOS

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DOS

Cinco años antes...

—Bien, hemos culminado la clase pueden retirarse —dice la profesora y al fin somos libres—. Troy, hay que llevarle esto al profesor de Matemáticas, por favor si eres tan amable.

—Claro.

Voy corriendo hasta el salón de profesores donde se encuentra Tim, el imbécil insoportable que me odia desde primer año. Le entrego los exámenes y no me dice nada, pues está con otros y no quiere dañar su perfecta reputación de hijo de puta. Regreso al salón pues se me quedo mi bolso y vuelvo a salir para chocarme con un chico.

—Lo siento.

—No hay problema. Aprovechando que veo un estudiante, la dirección es hacia la derecha, ¿cierto?

—Si.

—Gracias.

—De nada.

Llego al comedor y mis amigos están hablando del acontecimiento de una alumna que se beso con uno de nuestro salón, como no me interesa ese tema, voy comiendo y escuchando música desde mi celular. Estoy agotado, entre los estudios, mi mamá intensa, tener que caminar hasta mi casa, practicar baloncesto y sobrevivir a mis hábitos alimenticios no es fácil. Todo lo que como, inmediatamente lo vomito. Soy bulímico desde nacimiento, una enfermedad que ha pasado de generación en generación y no se sabido cómo quitármela de encima.

—El grupo de apoyo suspende la terapia hoy, Troy —me dice una amiga quitándome los audífonos.

Suelo estar depresivo las 24 horas y los 7 días a la semana, controlar esto es una tarea muy difícil y a pesar de todo he intentado sobrevivir lo máximo posible y no darme por vencido y es gracias al grupo de apoyo que mi padre me metió voluntariamente, he mejorado un poco, pero sigo siendo la misma persona y día a día lucho por mantenerme a salvo.

—Dos bocados es un logro —me felicita London—. Ya verás que podrás comer más de cinco.

London, Cold, Zon intentan ayudarme y alejarme de cualquier problema desde que descubrieron mi enfermedad.

—Bien, tengo natación. Nos vemos luego.

Nadar me tranquiliza, y las respiraciones bajo el agua han tenido un efecto muy fuerte en mi. Hay nuevo entrenador y no se quien pudiese ser, me da miedo que sea estricto y no tenga como darle resultados positivos. Al llegar veo uno que está lleno de tatuajes en casi todo su cuerpo, capaz es peor que el señor Smith.

—¿Eres Troy? —asiento con la cabeza—. Bien, harás 100 mts de calentamiento, ¿está bien?

—Si —digo temblando, ya me está dando la ansiedad de nuevo.

—Mírame, no voy a hacerte daño. Te voy a ayudar.

**

¿Cómo termine enamorándome de mi profesor de natación? ¿Cómo fue que perdí mi virginidad en los casilleros? ¿En qué momento me volví adicto a sus besos? Son como una droga para mi que calma la ansiedad, mis ganas de comer y me cambia por completo la vida. 

About Tattoo © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora