DIEZ

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DIEZ

—Estamos reunidos para despedir a Troy Edward Levi y que su alma esté en paz. Un ser humano excepcional, inteligente y muy pensativo y directo. Nos ha enseñado el valor de la amistad, la lealtad y la perseverancia. Es aquel que sufrió mucho y hoy está por fin descansado en el manantial de los dioses.

Salgo un momento para respirar aire fresco, ya no tengo que oír un "sentido pésame" porque se me hace fastidioso. Se que él donde quiera que esté, luce feliz y así quiero recordarlo, además de ser la persona a quien entregue todo mi corazón en la vida. Es difícil aunque uno lo diga con calma, perder a quien amas es el sentimiento más horrible y espantoso de todo, porque no puedes vivir tranquilamente, tampoco deseas que te digan algo positivo, solo quieres traerlo de vuelta y ya.

—Siempre conteniendo las lágrimas y haciéndote el fuerte, ¿no? Típico de Maison James —de frente Mark Campbell—. Te prestaré mi hombro, pero creo que es mejor llorar en la roca de allá.

Me arrastra hasta allí donde las olas rompen agresivamente, y nos sentamos. Lloro todo lo que retengo en mi interior, y me duele el pecho. Lo extraño demasiado, quiero que regrese y yo pueda despertar de esta horrible pesadilla. Necesito que esté conmigo diciéndome cualquier tontería y pueda sonreírle y decirle que me quite la ropa en medio de la calle porque hacer el amor con él es lo que quiero. Verlo a los ojos y repetirle que lo amo mil veces al día, besarlo hasta que nuestros labios ya no puedan más, sentir su delgado cuerpo junto al mío y quedarnos en la cama diciendo chistes malos. Llevarlo a cualquier parte del mundo y gritar en las montañas más altas, soportar frío, calor, lluvia, sol, nieve y vivir la vida como dos enamorados.

—¿Cómo voy a vivir ahora? ¡LO QUIERO DE VUELTA, MALDITA SEA! ¡QUIERO QUE ESTÉ CONMIGO! ¿POR QUÉ SE TUVO QUE IR Y ABANDONARME ASÍ?

—No tengo todas las respuestas, Maison. Pero se que él también te extraña y te ama desde donde esté.

—¿Cómo voy a respirar? ¿Esconderme? ¿Huir? Siento que muero y mis lágrimas no se detienen.

—Estoy contigo, amigo. No debes sentirte solo y vivamos el día y ya. No tenemos nada que perder. Aunque no me pase lo mismo que a ti, prometo y haré todo mi esfuerzo para que sonrías de nuevo. No es necesario buscar un nuevo amor, pero encuéntrate a ti mismo y disfruta de los pequeños placeres que nos otorga este mundo porque es un regalo que sigamos viviendo el presente.

—Gracias, Mark.

—De nada.

FIN

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