SEIS

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SEIS

—Troy, ¿sucede algo? —pregunta Lolly—. Desde que regresamos del concierto, estás distante.

—Estoy perfectamente bien —le respondo con una sonrisa para que no me diga más nada—. ¿Quieres comer algo especial?

—Iré a comer con Samantha, ¿quieres ir conmigo?

—Lol, somos tú y yo, ¿por qué siempre invitas a una amiga? ¿O haces planes con ella sin decirme? Sabes que no me importa que salgas con tus amigas, pero nuestra intimidad es importante y desde hace una semana no tenemos un momento para los dos.

—Déjame aquí, Troy.

¡Dios mío! Es desesperante. La dejo cerca de una parada de autobuses y yo sigo de largo, necesito comprar algunas cosas y luego ir a casa. No pienso jalarme para que se comporte como una mujer. Ella verá cómo se las arregla de ahora en adelante. Siento que no puedo entenderla, no se que demonios quiere de mi y me hace enfadar rápidamente. Estacionó en el centro comercial, aseguró todo y subo hacia la tienda musical para ver si puedo regalarme a mi hermano una guitarra acústica.

—Bien, señor James. Ya está todo perfectamente calculado para el evento —veo a Maison junto a una mujer de tacones en frente de la tienda. No se si deba cruzarme a propósito e ignorarlo, espero a que se vaya y yo poder entrar sin que me vea—. Su hermano lo invitó a su boda, ¿desea asistir?

—No tengo opción, dígale que estaré allí a las 8.

—¿No le importa si pregunta...?

—No te preocupes.

Okey, es mi momento ya que se están alejando. Entró rápidamente sin ser visto y me quedó allí para elegir la correcta. No sé nada de guitarras, y necesito asesoría de parte del vendedor. Me recomienda una y parece presentable, le envío una foto a mi hermana a ver si está de acuerdo conmigo y me contesta que es justamente la que Jimmy quería.

—Siiii.

—¿Qué haces aquí? —me encuentro a Violeta en la entrada del centro comercial.

—Comprando una guitarra, ya me iba a casa, ¿y tú?

—Espero a mi tío, no debe tardar.

—Ahhh, pues hablamos luego, adiós.

Violeta no dice nada y salgo corriendo antes que Maison venga y me vea. No se si tenga miedo o simplemente vergüenza por haberlo tratado mal la otra vez. Se que su intención no era fastidiarme ni mucho menos coquetearme, yo lo malinterprete y herí sus sentimientos de forma cruel. A veces no controlo el impulso y digo cosas que no debería decir.

Suena mi celular y es mamá, no quiero responderle porque odio que maneje y hable al mismo tiempo, es peligroso. Deja un mensaje de voz y aprovecho de escucharlo antes que el semáforo cambie a verde. Me recuerda el pastel de mi hermano, debo devolverme otra vez y me fastidia. Doy la vuelta en la próxima curva y al mismo centro comercial. Como ya se lo que voy a pedir no debería tardarme tanto.

—¡Pensé que te ibas! —Violeta otra vez y acompañada de su tío y la mujer que estaba con él.

—Pastel de cumpleaños, si. ¿Dónde era? ¡Maldicion! —estoy nervioso, no puedo decir las palabras correctas y estoy desorbitado—. Demonios, ¿una tienda de dulce, cerca?

—Al final del pasillo de este piso, Troy. ¿Estás bien? ¿Te tomaste?

—Sí, si. Gracias.

¡Mierda! Maldito perfume de Maison, me dan ganas de abrazarlo, llevarlo a un cuarto oscuro y quitarle la maldita ropa que tiene. Vuelvo a salir corriendo y encuentro la tienda, pido el pastel favorito de Jimmy, cancelo y salgo un poco más calmado. Debo estar demente para seguir enamorado de ese bastardo. Menos mal que he estado mejor que los dos últimos años y he avanzado con mi enfermedad, sino estuviera muriéndome y tendría que dejar este mundo. Se que él hizo mi vida colores, llenos de energía y ayudó a mi rehabilitación, eso se lo debo para siempre.

¿Qué demonios me pasa? No se supone que le dije que me dejara en paz. ¡Mierda!

About Tattoo © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora