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Las olas se empezaron a calmarse un poco, pero no quitaba el hecho de que los podía volcar. Kamari le informó al capitán y a sus tropas lo que había visto y como si el tiempo se detuviera todos se callaron y tragaron duro.

- Al parecer, ya han invadido parte de Kasha, no toda aún, no hemos llegado a la boca del rió cristalino- explicó- si miran mas allá- ceñaló al este- parece que la tormenta acaba de ese lado, pero ahora quiero preguntarles una cosa ¿Deciden pelear, o llegar a tierra segura y luchar luego?

El ejército comenzó a balbucear y murmurar, estaba claro que estabn en un dilema, en Velour los reconocían por su valor, su calentía y honor como caballeros, y en el honor incluía a no rajarse a cualquier batalla, pero en estos momentos no eran capaces de enfrentarse a algo que no sabían que tan poderosos eran.

- Son honorables como caballeros y haber llegado hasta aquí, enorgullescance por eso, y llegar a tierra segura no significa ni retiro ni rendición, solo un descanso para la batalla, solo un contratiempo- les dijo Nevan, el capitán de la guardia- Esta decición esta en sus manos, ya que ustedes como nosotros - refiriendose al equipo de Kaira y él- lucharemos y derramaremos sangre, pero o valdrá la pena o será un desperdicio.

Los querreros siguieron murmurando y balbuceando, hasta que la mayoría asintió la cabeza y dijeron al unizo:

- ¡Lleguemos a tierra segura! ¡Después lucharemos!

Kamari aceptó con seriedad y fijaron nuevo curso, ya no llegarían directo al puerto, ahora llegaría directo a la cita.

- ¡Todos a sus puestos! - gritó el capitán y todos se esparcieron sobre la cubierta tomando sus puestos y tareas.

Kamari se fue a la popa del barco a mirar los alrededores y Lyall apareció detras de ella, tomandola de la cintura y susurrandole al oído:

- Creo que has tomado una mala decición.

A ella le dieron unas ganas de golpearle la cara pero no podía armar alboroto, no ahora ni ahí mismo.

- ¿Por qué lo dices? Los tuyos estan en el puerto, no tenemos oportunidad - le dijo entredientes.

- Creo que no me entiendes querida, por algo estas aguas están como estan, un ser vive por aquí y no quiere vistas- le acarició el menton y ella lo apartó de un manotazo.

- ¿Por que debería de creerte? - dijo empujandolo y con el tono de voz más baja posible pero audible.

- Dulzura, conozco esto más que tu, deberías creerme ¿Has oído del kraquen? - le preguntó con las manos en alto como una forma de inocencia.

- Es un ser mítico que vive en aguas profundas, y desapareció miles de años atras, es una leyenda, un cuento de hadas, no existe- hizo enfasisi en el "No" ya que lo creía lógico.

- Es cierto que no se a visto en miles de años, pero muerto no está y tampoco inexistente, pero hay algo que lo iguala y vive por estos mares, al fin despertó- le explicó- bueno, no es igual que él su poder es más que el de un kraquen ¿Tu crees?

- Deja de estar jugando conmigo y de decir mentiras, ya tuve suficiente- lo apartó de un empujón y se dispuso a regresar a la cubierta del barco.

- Bueno no me creas - sonrió- es un dragón de mar- dijo al final y desapareción entre la oscuridad y la lluvia.

Kamari solo se regreso en si sin creer lo que había escuchado pero se convenció de que fue obra de su imaginación, que la lluvia distorcionó el sonido de las palabras.

Regrsó corriendo a la proa y miró a todos sus alrededores, verificando que todo estuviera en orden, que nada saliera fuera de lo normal de una tormenta.

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