1. Problema serio

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Sonic estaba en problemas, serios problemas.

Se atrevería a decir que incluso en todos sus años de héroe, jamás había enfrentado algo tan difícil como lo que ahora trataba de resolver.

Ahora mismo se encontraba corriendo hacia la casa de la única persona en toda la isla que podría ayudarlo, su amiga Amy Rose.
Algunos creían que el erizo por fin había aceptado los sentimientos de Rose y salían en secreto, pero la realidad era que Amy por fin había aceptado que no sería correspondida por el cobalto y decidió buscar otras opciones que solo perseguirlo. Ahora eran buenos amigos, Sonic se sentía más cómodo sabiendo que las esperanzas de la erizo habían muerto, y justo ahora era la única con quien podría hablar de esto.

Tocó la puerta de la casa desesperadamente, moviendo los pies en un mismo lugar desesperado a que su amiga abriera la puerta. Tan pronto como Amy giro la perrilla, Sonic ya se encontraba corriendo alrededor de toda la sala.

- ¡Por Dios Sonic, deja de correr!

- ¡Ames tienes que ayudarme, tengo un serio, MUY serio problema!- La erizo se quedó quieta unos segundos observándolo, se veía agitado y preocupado, algo muy extraño en el líder del grupo, así que decidió que realmente debía ser importante.

- ¿Por qué no te sientas y me cuentas que ocurre? -Menciono mientras tomaba asiento en el sillón y palmeaba a un lado de ella. El erizo se sentó dudoso, continuaba jugando con los dedos de sus manos y conservando ese tic nervioso en sus pies.

- Amy... es Tails. -Mencionó en un susurro bajando la mirada, pero fue lo suficientemente audible para ella, quien se levantó preocupada.

- ¡¿Le ocurrió algo malo?!

- ¡NO Ames! Él está bien, el problema soy yo.
La peli rosada volvió a sentarse, algo confundida, esperando a que su compañero pudiera hablar y contar que era eso tan serio y que tenía que ver con el amigo de ambos.

- Yo... Creo que ya no puedo hacer amigo de Tails -Cuando lo dijo, su cara se tornó triste, mientras se quedaba completamente quieto por primera vez desde que llegó al lugar.

- ¿Qué? ¿Por qué no? Ustedes dos... ¿se pelearon? -Amy se acercó más al cobalto, posando una mano en su hombro, intentando observar mejor su rostro. - Sonic, ¿Qué está pasando?

Suspiró, intentando acomodar sus ideas y poder expresarse de la mejor manera posible, jamás había sido bueno hablando sobre sus inquietudes, excepto con Tails, pero justo ahora no podía hacerlo.

- No, no hemos peleado, todo lo contrario. -Tomó una breve pausa para después continuar- Yo solo... me siento extraño cuando estoy con él, no sé por qué, pero ahora cada vez que pasamos tiempo juntos me siento... incomodo.

- ¿Incomodo?- Repitió la erizo de manera automática, a lo que el erizo solo asintió.

- Si... antes podía hablar de lo que sea con Tails, hablar horas con él tranquilamente, pero en estos días, ¡no sé qué me pasa! ¡Cada que estoy cerca de él me siento extremadamente nervioso y no se comportarme! -con frustración desordenó sus púas con ambas manos, para después mirar asustado a su compañera. - ¡Amy yo no soy así! Se supone que es mi... mejor amigo, ¡y no puedo pasar un solo segundo cerca de él sin sentir que el pecho me va a explotar!

Amy se mantuvo en silencio, estaba claro lo que estaba sucediendo aquí, sin embargo parecía tan confuso para su compañero, que no sabía cómo tomaría dicha revelación.

- Sonic - Habló la eriza un poco nerviosa -Tal vez tu... puedas estar enamorado de Tails, solo un poco. -mencionó lo último para apaciguar sus propias palabras.

Con miedo y con amor, para Tails.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora