6. Cartas para mi Tails

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Después de la extraña pero muy motivacional charla con Eggman, Sonic llegó a una conclusión: Tenía que ser honesto con Tails.

Reconocía que había sido demasiado inmaduro y egoísta con su sentir, pero no podía ser culpado, era la primera vez que se sentía de esa manera, tal vez porque siempre ha tenido esos sentimientos hacía una sola persona.

No estaba pensando en sus miedos sobre el que dirán los demás, el cómo lo tomarían sus amigos o la villa cuando se enteraran, lo único que llenaba su mente era buscar una buena idea para decir "Soy un idiota por lo que dije, perdóname, en realidad te amo más de lo que puedo comprender" sin sonar desesperado o poco convincente, ya lo había arruinado todo, así que realmente debía dejar en claro sus intenciones, y esforzarse por evitar el miedo interno que de hecho aún sentía.

Era un nuevo día, y Sonic había despertado extrañamente temprano, motivado para hacer una confesión como nadie más podría hacerla. Si iba a arruinarlo todo sería lo mejor posible, una en la que Tails pueda sentir aunque sea una leve chispa y tal vez, solo tal vez, pueda corresponderle.

Se apresuró a sacar su libreta y puso su pluma sobre el papel, quería escribir todas las ideas que tenía en mente, estaba motivado, no por todas las burlas que recibió de Eggman, sino por la frase "Creí que el zorro se enfermaría primero", le dió demasiadas esperanzas.

Pasaron minutos en los que Sonic escribía y rápidamente arrugaba la hoja, al punto en el que la mayor parte del suelo estaba cubierto de ellas.

"No suficientemente bueno"

— ¿Cómo haré que realmente suene honesto y no como un ególatra desesperado? —Dijo para sí mismo, ninguna de sus ideas le parecía honesta, sino más bien como un recital mal ensayado.

La última hoja arrancada la lanzó y cayó cerca del tronco donde escondía cada una de las cartas que había escrito. Se dirigió hacía ellas y las empezó a sacar, sonriendo al ver que había una cantidad considerable de ellas, lo que le dió una idea que rápidamente escribió en otra hoja.

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Tails se encontraba en su taller, ordenando un poco el desastre que había causado estos últimos días, observó su pizarrón de notas y empezó a arrancar todo lo que se encontraba en él, hasta dejar solo las fotografías de él y el erizo.

Suspiró decaído, no había visto a Sonic desde ayer, y tampoco se sentía listo para ir a buscarlo y reconciliarse, no estaba del todo seguro que pudiera seguir siendo paciente, no después de las ilusiones que se ocasionó a sí mismo, de tantos días fantaseando una relación, no quería regresar a ser el mejor amigo.

—Tal vez sea mejor evitarlo unos días. — Observaba las fotografías que sostenía en sus manos, lo felices que se veían en ellas, preguntándose si algún día podrían verse de esa manera en otra fotografía.

Terminó de limpiar el taller y se dirigió a su casa, dejando las fotografías en una mesa de la sala. Se tumbó en el sofá y prendió el televisor, cambiando los canales indiferente hasta encontrar algo que le agradara, tal vez así se distraería de su realidad y dejaría de torturarle la cabeza hasta que decidiera que hacer.

Dejó la transmisión en un canal donde estaba pasando una novela, la cual tenía una trama convenientemente parecida a su vida.

— ¡Catalina no lo perdones! — Gritó mientras se limpiaba una lágrima con su mano. Había pasado un buen rato viendo el programa que trataba de dos amigos que se enamoraron pero el protagonista no aceptaba sus sentimientos por ella, así que la trataba mal para alejarla, hasta que al final el regresa rogando perdón, cosas dramáticas de telenovelas, pero Tails se sentía muy identificado.

Con miedo y con amor, para Tails.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora