El regreso - p2

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El día de la boda había llegado, todos estabamos emocionados, en la iglesia estaban conocidos de la policía y del FBI, ansiosos de ver a sus compañeros entrar en la iglesia y unirse en sagrado matrimonio.

Todos los presentes llevaban trajes negros, blancos, grises, etc. Las mujeres llevaban vestidos de gala muy elegantes para la ocasión.

Pero para un pelinegro el que destacaba en demasía era un rubio con traje rosa con camisa blanca debajo y pantalones negros, su cabello peinado por detrás y llevaba un poco de pinta labios transparente y brillosas que hacían querer besarmelo aquí mismo.

Estaban tan perdido en él que no se había percatado que el ojiazul estaba al lado suyo.

- Estas muy guapo freddy - susurra gustabo para que solo él lo escuchase, pero el pelinegro dio un brinco por el susto.

- Coño pavo, casi me das infarto neno. - responde el azabache con una mano al pecho.

El rubio sonríe - lo siento, ¿perdido en tus pensamientos trucazo? ¿En que piensas? -

- En nada importante tabito.-

-¿Seguro? -

-Chim.-

- Vale - dice alargando la última letra.
Y ¿que piensas de la boda? A que está chulo. - Lo dice mirando la decoración. - además no has visto el salón.-

- Ostia si así esta la iglesia, ya me imaginare lo demás pavo. - respondo sonriendo tontamente, estando cerca de gustabo desde que había llegado era increíble, había cambiado físicamente pero no cambió lo de adentro, aún sigue siendo mi gustabiño.

La ceremonia comenzaba y horacio entraba reduciendo increíblemente bello, volkov lo miraba totalmente enamorado, estos dos eran el uno para el otro.

•••

Habíamos llegado a la fiesta, todo el mundo saliendo en selfies y tomando una buena cerveza, y unos cuantos niños jugando y correteando por aquí y allá.

He estado buscando a gustabo con la mirada ya un tiempo, había desaparecido desde que llegamos a la fiesta. Y lo primero que pensé fue preguntar a perez si sabía dónde se encontraba el ojiazul.

-Oye neno, ¿no sabrás donde a ido gustabo? Lo ando buscando desde hace un tiempo, sabes donde esta.-

- Si, si, esta en el balcón de allí  -  me señala a un lugar el de cresta, logrando ver al rubio mirando a la ciudad.

- Gracias pavo, nos vemos y por cierto felicidades eh. - dije apresuradamente para irme directo junto a él rubio.

-¿De na - da? - no pudo terminar ya que el pelinegro ya había ido, el de cresta entendió y solo sonrió, dándole suerte a su amigo.

One-shots Freddytabo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora