Chapter One: The Queen and her broken prince.

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Capítulo Uno: La reina y su príncipe roto.

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" Créeme que he tratado de mantener los momentos en los que eras mío."

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En algún momento de la historia, cruzaba el relato de una hermosa mujer que, como muchas otras; había caído en los encantos de un hombre amante de la guerra, uno de los generales del ejercito perteneciente a su país y servidor de su esposo, el emperador de su territorio.

El enamoramiento fue inevitable y la pasión que los consumía menos, dando como resultado en la concepción de un niño de piel tan blanca como la nieve que contrastaba con el color azabache que poseía su cabellera y sus ojos negros con unos detalles grises y un raro matiz dorado. Uno que no coincidía con la apariencia de su marido pero sí con la de aquel soldado.

—Entregue a mi hijo por miedo a mi destierro, mi señora. Por miedo a que su vida fuera puesto en peligro por decisiones tan egoístas como las mías, no fue una ofrenda ni un premio en su nombre, fue el convenio de su vida por la mía.

—¿Premio? —la mujer quitó la mirada de su hijo, quien jugaba libremente en la orilla del río; para dirigirle una mirada furiosa a su acompañante. —Tennos un poco de respeto mortal, mi hijo ya no pertenece a tu plano.

—Todavía lo hace mi señora.—su mirada fue a su pequeño con cariño.—Es mi hijo, mi señora.

—No, ya no lo es. Al momento que lo sostuve en mis manos y recitaste tu promesa, paso a ser mío. Su sangre esta relacionada conmigo, es divino.

—Pero no lo suficiente, sigue siendo un mestizo, sigue teniendo mi sangre, mi imperio corre en sus venas. Su destino no es solamente griego, eso trato de advertirle.—ambas mujeres mantuvieron una mirada. —su destino es el imperio, es mi descendiente directo.

—Estará bien a mi lado, su destino será brillante.—Tomo distancia para acercarse a su pequeño.—Es mejor que te retires, Jia.

—Lo entiendo, mi reina.—Jia hizo una reverencia en su dirección.—Pero tenga en cuenta, que por más que trate; no será un dios. Su estatura cambiará, su cabello y todo él, lo hará. Crecerá para morir como un mestizo, no para vivir como un ser celestial.

Se retiró ante la mirada sería de la reina, la cual poco tiempo después, confirmo que las palabras de la mujer no eran en vano.

Se retiró ante la mirada sería de la reina, la cual poco tiempo después, confirmo que las palabras de la mujer no eran en vano

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𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄  𝐈𝐌𝐏𝐄𝐑𝐈𝐀𝐋  | NICO DI ANGELO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora