ᴛʜᴇ ᴍᴜᴅʙʟᴏᴏᴅ | Theodore Nott

𝐂𝐚𝐩 𝟏; 𝙎𝙪𝙨𝙪𝙧𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙀𝙨𝙘𝙚𝙣𝙖𝙧𝙞𝙤

Es verano, pronto debíamos volver a Hogwarts e iniciar nuestro sexto año,pero con mi padre en azkaban junto al de Draco y el resto de nuestros amigos tensos debido al acercamiento que tenía el señor oscuro por sobre nuestro mundo no estábamos emocionados como otras veces, las charlas sobre nuestros propósitos con las fiestas, el quidditch o los profesores ya no tenían sentido ni emoción alguna para mí.

Mi poco ánimo era visible para mis amigos aparentemente por lo que ahora estábamos viajando en el mundo muggle, la madre de Draco nos ha invitado a visitar a un ministro amigo de la familia, un muggle seguidor del señor oscuro irónicamente que debido a nuestros apellidos y posiciones de sangre y teniendo que ir a representar a nuestros padres no teníamos más opción que ir y al menos oírlo hablar idioteces y lamerle las botas a cualquiera que dejara ver su varita como si pensara que el simple hecho de idolatrarnos falsamente haría que le protejamos el culo en cuanto estalle la guerra.

Tras hablar por horas en una mesa con la señora Malfoy y su hermana Bellatrix, y tras lamerle las botas al resto de mortifagos presentes nos ofreció acompañarlo a ver una obra en el teatro del cual era dueño — Una función muggle? que no se cansa de repugnarnos con su presencia que quiere sumar a más de su clase? – susurró Draco a mi lado de la mesa con asco.

— Oh Salazar ¿no podemos irnos y ya? – suspiró Lorenzo siguiendo el comentario de Draco. Se notaba exasperado y frotó sus ojos en señal de cansancio antes de ser regañado con la mirada por su madre.

— Callense la boca porque no temo volver a Azkaban por lanzarles un crucio a cada uno – amenazó entre susurros la mortifaga madre de Lorenzo, Bellatriz estaba loca, si, pero era bastante estricta y recatada en su papel de madre.

Pese a que Draco y Blaise trataron de negarse "amablemente" con sonrisas falsas a la invitación, haciendo hincapié en que nosotros cuatro volveríamos solos sin problema, tan solo una mirada fulminante de Narcissa y la madre de Blaize fueron lo suficiente para que no siguieran hablando.

Yo no me quejo demasiado, después de todo solo iba por ellos ni siquiera pensaba en hacerlo por mi padre, y Lorenzo no tenía escapatoria bajo los ojos de su madre y solo asintió en rendición elevando con hombros.

Caminamos hacia los vehículos que nos eran asignados y el viaje de camino al teatro comenzó, largo y pareciendo interminable, nisiquiera presté atención a las palabras que compartían alrededor mio solo mire a las ventanas y las cálidas luces de un londres gris y repleto de vidas tan diferentes y vivas. El mundo muggle, con sus propias reglas y su ignorancia sobre la guerra que se avecinaba, me resultaba tan ajeno como incomprensible. ¿Cómo podían vivir tan cerca del peligro sin siquiera darse cuenta? ¿Cómo podían seguir con sus vidas mundanas mientras nosotros nos preparábamos para enfrentar la oscuridad?

Mientras el coche avanzaba, mis pensamientos se hundieron en mi mente, mi propia oscuridad. Mi padre, ahora preso en Azkaban, siempre había sido una figura imponente y aterradora. No sentía pena por él; en realidad, no sentía nada. Había visto cómo maltrataba a mi madre, cómo la sometía a su crueldad y desprecio. Ella era la única luz en mi vida, y su muerte, hace unos años, había dejado un vacío que nada ni nadie podía llenar. No lamentaba que él estuviera en prisión. Al contrario, una parte de mí se alegraba de que recibiera su merecido.

En Hogwarts, era conocido por mi reputación problemática. Mujeriego, fiestero, alguien que siempre estaba con una chica distinta en cada evento. Nunca me perdía las fiestas, y cuando no estaba en una, me encontraba fumando en alguna esquina oscura, escapando de las miradas de los profesores. Consumía sustancias fuertes, buscando una forma de llenar el vacío que llevaba dentro. Parecían hazañas en su momento, logros que me definían y que otros envidiaban o despreciaban.