Adelissa Granger XX

56 4 0
                                    

Theodore Nott había hablado con su padre sobre qué, posiblemente, Hermione Granger sabría dónde estaba el cuadro de la hermana de su bisabuela paterna.

Hestia Nott era algo así como una luz en la familia. Era la tercera mujer Nott, la primera que no recibió el apellido de su esposo, Alejo Caber dejó su legado de sangre pura de Roma por ser un Nott, una de las familias más influyentes en Italia, Francia e Inglaterra.

Su padre le envío dos cartas esa mañana, una para él y otra para Hermione.

Ella había leído su carta, él le dejaba saber que estaría contento de que ella fuese a visitar su “humilde morada” cómo él la había llamado -sabiendo que él intentaba ser humilde- y que la dejaba ser libre de recorrer su manción. Ella se sentó en la cama, con la carta en las manos y observó el suelo.

—¿Cómo voy a saber dónde está? —Preguntó ella a Theo —¿Y si ni siquiera está en la manción Malfoy?

—En la humilde morada —Corrigió Theo riendo —Hermione, mi padre se está esforzando, fué criado con el idealismos de sangre.

—Lo sé —Susurró ella, aún sin despegar la mirada del suelo —Pero ¿Cómo cree que me verá si no logro descubrir dónde está?

—Lo harás —El castaño se acercó a ella, colocando una mano en su hombro —Confío en tí, primita.

Ella rió, Theo era imposible. Malfoy carraspeó y se acercó.

—¿Nos vamos?

Ella observó su reloj al lado de la cama, ya era hora. Ella había hablado con la directora McGonagall y le había explicado todo, ella había aceptado dejarla salir siempre que fuese posible.

—Por esta vez —Había dicho la directora —Me haré de la vista gorda con respecto a ti y tus amigos.

Ella le había dejado saber que sabía de las visitas clandestinas de Potter, Weasley y Nott.

Hermione suspiró, levantándose de la cama y dirigiendose a el cuadro genealógico. Acercó su mano a su tatarabuela y lo acarició.

—Ayudame por favor —Susurró ella —Necesito tu ayuda hoy.

Los chicos llegaron a la manción Nott a través de la chimenea y después de la larga bienvenida a ella y la demostración de respeto de los más jóvenes, se dirigieron a la sala de estar.

Una mujer de cabello castaño miel y ojos azules bajó las escaleras, sonriéndole y dado pequeños pasos. Tenía una mano acariciando el barandal y otra sujetando su vientre. Vestía un vestido blanco con vuelos azul cielo y unos zapatos del mismo color. El cabello le caía en hondas lisas por el rostro.

Hermione observó a los tres hombres, los cuales hablaban entre ellos como dos niños pequeños con su padre. Nadie parecía notar a la mujer que caminaba en su dirección.

—Buenas tardes, señora Nott —Habló la menor capturando la mirada de los hombres —Disculpe mi atrevimiento de venir hoy.

La mujer le sonrió.

—Señorita Granger ¿Con quién habla?

Ella miró al hombre, el cual lucía confundido. Los chicos estaban iguales, con una ceja enarcada. Sus ojos chocaron con los azules de la mujer, la cual estaba sonriendo aún.

—¿La señora Nott? —Habló confundida, señalando el lugar donde estaba la mujer —¿Su esposa?

—Mi esposa murió cuando Theo era un niño.

—Hermione —Susurró la mujer alzando la mano —Soy Adelissa Granger Nott.

La chica gimió sonoramente, observando a la mujer con horror y luego a su mano.

Finis MaledictionisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora