Cap. 2

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Dean

La secundaria sí que trajo muchos cambios, pero lo más grande no paso en la escuela, paso en la casa. Mi abuelo Henry vino a vivir con nosotros. Siempre que regresaba de la escuela lo veía sentado en la sala frente a la ventana observando o a veces tenía puestos sus lentes y leía un poco, se le notaba nostálgico. Papá decía que se quedaba así porque extrañaba a la abuela y no era algo de lo que él abuelo hablaría conmigo, para ser honestos nunca hablaba de nada conmigo.

Hasta que un día Cass apareció en el periódico local. Yo iba tomando una soda del refrigerador cuando pase por la sala y el me llamo.

-Oye Dean, ¿podemos hablar? -Se quito los lentes y se acomodó sobre el sillón individual.

-¿Qué? - Me sorprendió su pedido así que baje la botella de refresco mientras el dejaba de lado su periódico.

-Siéntate hijo -Me sonrió y señalo el sillón contiguo, no refute y tome asiento dispuesto a escucharlo. -Cuéntame de tu amigo Castiel Novak.

-Cass no es muy amigo mío -Rei nervioso ante eso, pero el me miro con curiosidad y quizás con algo de desconcierto.

-Oh, y ¿Por qué no? – Su mirada no cambio y no entendí el porque. No sabía a que venía todo esto.

-¿Por qué quieres saber? -Él tomó el periódico que estaba leyendo y me lo enseño, específicamente la portada.

Es que Cass no salió en el periódico por ser un pequeño Einstein; salió en la portada porque se negó a bajar de un árbol de sicómoro. Cass y ese estúpido sicomoro, siempre pensó que era un regalo de Dios a nuestra esquina del universo.

Teníamos ocho años cuando yo pasaba con mi bicicleta y Cass me grito subido de ese árbol.

-¡Oye Dean!, ¡¿quieres subir al árbol conmigo y mis hermanos?! -me detuve frente a ellos, Gabriel y Baltazar seguían subiendo por el árbol compitiendo por quien subía más rápido.

-¡No gracias! -Después me fui pedaleando más rápido.

Años después él estaba más arriba en el árbol y mientras pasaba con mi bicicleta de nuevo el me vio desde la cima.

-Dean, ven conmigo es divertido. -Me miro y después alrededor desde donde estaba. -Se puede ver todo.

-No puedo, mi papá... me... necesita para... para... arreglar algo. -después de eso me fui. Lo que me faltaba, subir a un árbol con Castiel Novak, sería lo mismo que en el segundo grado, "Dean y Cass sentados es un árbol". Hubiera preferido comer ensaladas el resto de mi vida.

Después de eso Cass en las mañanas estaba trepado sobre el árbol siempre antes de que llegara el autobús.

-¡Esta a tres calles! -Miro de nuevo y luego hacia abajo en la parada donde estábamos todos. -¡Una menos! -Comenzó a descender pero no sin gritar por ultimo -¡Esta a una calle!

-Que información tan importante, ¿no? -Susurre sarcástico hacia mi amigo Crowley quien también estaba cansado de eso.

-Si, odio que lo haga. Me gusta pensar que hay posibilidad que no aparezca.

Por fin el autobús se detuvo en nuestra parada, pero para mí mala suerte Cass se detuvo a mi lado de un momento a otro con una sonrisa.

-Creo que el árbol se ve particularmente hermoso con esta luz. -miro hacia el árbol unos instantes y después me miro de nuevo. - ¿Tu no?

-Si por hermoso quieres decir muy horrible, pues sí, es la verdad. -Mi comentario no le agrado para nada, su ceño se frunció en una mueca de desaprobación, rodo los ojos y se dirigió al autobús mientras yo sonreía. Pero antes de subir se detuvo en la puerta y me miro.

Mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora