CAPÍTULO II

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Itachi se quedó quieto por unos segundos en la entrada de la habitación al ver a Obito recostado sobre la mesa, una de las sirvientas lo movía levemente posando una mano sobre su hombro, llamándolo desesperada. Mientras que el resto del personal de la casa se seguía amontonando en el pasillo, curiosos, pero sobre todo, con miedo, querían saber como estaba sus amo y si era cierto que no reaccionaba ante ningún llamado.

Finalmente Itachi reaccionó y corrió hacia la mesa en la que se encontraba su amo, no era sólo eso, se trataba de un familiar cercano para él, Obito y Shisui han sido muy importantes en su vida, ellos fueron los hermanos mayores que siempre necesitó para superar sus problemas. Sobre todo Obito, aunque eran primos y Obito pertenecía a la rama principal de su familia, aunque era el heredero y el hombre más importante, toda su vida se comportó como alguien común y nunca humilló a nadie por su estatus social, por eso era tan querido para todos; y para Itachi siempre fue una fuente de apoyo incondicional.

La sirvienta se retiró y le dio espacio a Itachi, quien se arrodilló a un lado del noble, se acercó al rostro de Obito, tenía los ojos cerrados y aunque lo llamara hablándole cerca de la oreja no reaccionaba, llevó una de sus manos a la mejilla de su amo, tocándole con el dorso de su mano, estaba tan frío como la noche. Sintió todo su estómago revolverse por la angustia, no entendía que pasó, contempló la mesa y no vio ningún objeto con el que Obito pudo haberse herido. No había ningún cuchillo, mucho menos restos de sangre, alguna soga o un té que tuviera veneno, no había nada.

—¿Llamaron al doctor? —preguntó Itachi, serio.

—Sí, no tardará en llegar —contestó la sirvienta.

Itachi asintió con la cabeza, acarició el cabello de Obito y movió algunos mechones que caían sobre su frente. Era extraño, era como si de repente se hubiera desmayado, no sólo eso, como si de repente hubiera muerto, ¿acaso su corazón dejó de latir por la tristeza de haber perdido a su amada? Aunque le dolía, tenía algo de fe en que se tratara de eso, la simple de idea que Obito hubiese terminado con su propia vida lo asustaba, así que preferiría que su corazón sólo se haya detenido de repente, en caso de que en verdad estuviera muerto.

Fue entonces cuando se dio cuenta de algo, no habían verificado si en verdad estaba muerto, o al menos nadie lo ha examinado, sólo dijeron lo primero que se les ocurrió como sucede con cualquier muchedumbre llena de pánico.

—Disculpe, mi señor... —susurró Itachi con un tono suave, luego, se atrevió a llevar su mano hacia el pecho de Obito, fue algo difícil debido a la posición en la que estaba recostado sobre la mesa, pero aún así pudo alcanzar su objetivo. Dejó ahí la palma de su mano por unos segundos, la movía un poco y hacía presión contra el cuerpo del noble en busca de algún signo de vida. Estuvo así por unos segundos, algunas veces hacía presión con más fuerza en el pecho de su amo, hasta que por fin pudo sentirlo, sentía los latidos de Obito, eran lentos y poco fuertes, quizás había sido un milagro que lo hubiera descubierto—. Sigue con vida, ¡preparen su cama debemos moverlo de aquí! —ordenó y varios sirvientes entraron al instante a la habitación para poder ayudar a Itachi.

—¿En serio sigue con vida? —preguntó Shisui, aliviado, caminó hacia Itachi y se arrodilló al otro lado de Obito, para poder ayudar en el momento en que deban levantarlo.

—Sí, pero su corazón está latiendo muy despacio, necesitamos al doctor ahora.

—Entiendo, debió enfermarse por lo de la señorita Rin...

—¡Señorita Rin! —gritó una de las sirvientas con sorpresa y a la vez asustada, ese grito alertó otra vez a todo el mundo. Itachi dirigió su mirada hacia las cortinas que escondían la cama del resto de la habitación, viendo las siluetas de las muchachas que habían ido a la cama—. ¡Señorita Rin...! ¡Oh, Dios mío...! —exclamaba la mujer, su voz comenzaba a romperse y de repente empezó a llorar, un llanto que se escuchaba hasta el pasillo.

Comprador De Almas | KakaObi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora