Regulus nunca creyó que tendría una conversación así de profunda bajo las estrellas de un cielo nocturno. Siempre asociaba estos momentos con parejas o amigos que buscan la compañía del otro. Sin embargo, más allá de escuchar sentimientos y algunas risas llenas de lamento, Regulus se sintió sorprendentemente bien al ser de apoyo para Alain.
Para él, sentirse bien al ayudar a alguien es algo complejo. Nunca había sentido la necesidad de hacerlo y tampoco deseaba ser alguien que solo sirve para eso. Regulus tiene cosas mucho más importantes en mente y considera que las personas solo son útiles más allá de sus capacidades físicas. Lo emocional nunca le ha interesado. Pero conocer a ese muggle le abrió una puerta llena de situaciones y momentos en los que no puede identificar qué está sucediendo.
La inquietud y la incertidumbre por visitas inesperadas, la preocupación por alguien a quien solo conoce desde hace tres meses, y un leve entusiasmo por las noches de charlas y risas junto a Alain, son algunas de las pocas cosas que Regulus ha identificado como sentimientos negativos que han surgido sin su permiso y que residen en su interior como pequeñas hormigas mortíferas que, poco a poco, lo van consumiendo hasta dejarlo en la confusión.
Porque Regulus comienza a sentirse confundido. Cada vez más confundido durante la semana en que Alain lo lleva a pasear por calles llenas de vida en el Barrio Latino, y tres días después al Museo del Louvre, y cinco días más tarde al Palacio de Versalles.
Estas salidas, cargadas de conversaciones profundas y descubrimientos culturales, dejan una marca en Regulus. En el Barrio Latino, se encuentra rodeado de una energía vibrante y bohemia, con cafés llenos de estudiantes y artistas, que contrastan con su propia vida estructurada y rígida. En el Museo del Louvre, se pierde en la inmensidad del arte y la historia, sintiendo una conexión inesperada con las historias detrás de cada obra. Y en el Palacio de Versalles, la majestuosidad y la opulencia del lugar le hacen reflexionar sobre su propio legado y el peso de su nombre.
Con cada paseo, cada conversación y cada risa compartida, Regulus se encuentra más inmerso en un mundo que antes le parecía ajeno. La presencia de Alain se convierte en una constante que, aunque inicialmente perturbadora, empieza a ser una fuente de consuelo y curiosidad.
Alain, con su actitud desenfadada y su genuino interés por conocer más de Regulus, empieza a derribar las barreras que él había erigido cuidadosamente. Regulus se da cuenta de que sus sentimientos de confusión no son sólo producto de la novedad de la situación, sino de una apertura emocional que nunca había permitido antes.
La creciente conexión con Alain le plantea preguntas sobre su propia identidad y sus prioridades. ¿Qué significa realmente ser un Black? ¿Es posible que haya algo más allá del orgullo familiar y las expectativas impuestas? Estas preguntas lo asaltan en los momentos de quietud, especialmente durante las noches estrelladas en las que se encuentra conversando con Alain.
A medida que pasan los días, Regulus se enfrenta a una encrucijada interna. La confusión que siente no es solo acerca de Alain, sino sobre su propio lugar en el mundo. Las visitas a lugares icónicos de París no solo le brindan un respiro de su rutina habitual, sino que también le ofrecen una nueva perspectiva sobre la vida, una en la que la emoción y la conexión humana tienen un papel mucho más importante del que había imaginado.
Caminatas llenas de anécdotas, historia y chistes malos por parte de Alain, algunas observaciones de Regulus y parentescos hacia estructuras mágicas que ha visto antes de llegar con él. Nunca se vio tan participativo o entusiasta por algo tan vanal, y eso lo hace sentirse enfermo.
¿Qué debería de hacer? ¿Detener esto? ¿Irse y continuar con su búsqueda sobre información mágica? Hace mucho que no tenia idea de lo que está pasando. Ya era inicios de Enero, las fiestas aún seguian sobre sus hombros y la incertidumbre de un mal presagio sigue intacta como la picazón de la marca.
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Douceur Sucrée | Regulus Black
FanfictionSentían como lo arrastraban. Manos largas y frías, llenas de resentimiento hasta el fondo de mar. Al fondo de la nada. O eso es lo que pensó Regulus si no fuera por que al abrir los ojos, se encontró con unos ojos tan expresivos de un hombre sonrie...