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》Capítulo 2

La brisa nocturna acaricia tu pálida piel mientras caminas por las calles destruidas de ese lugar abandonado, sintiendo perfectamente lo embriagador que se siente el aire al caminar junto a los edificios y casas destruidas

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La brisa nocturna acaricia tu pálida piel mientras caminas por las calles destruidas de ese lugar abandonado, sintiendo perfectamente lo embriagador que se siente el aire al caminar junto a los edificios y casas destruidas. El dulce y pesado silencio rodeaba desagradablemente su esquelético cuerpo, pudiendo sentir la oscura presión prevaleciendo en aquel lugar sin vida, su respiración destacando en medio del vacío, junto con el familiar sonido de su subordinado fumando a su lado.

"Esta mierda apesta." Murmuró Tomura con desdén al inhalar el olor a humo proveniente del tabaco que el mayor tenía entre sus labios, sintiendo como rápidamente llenaba sus pulmones de manera involuntaria.

"No está tan mal." Respondió Dabi, dando una última calada a su cigarrillo antes de dar caladas hacia arriba, y luego quemar el último paquete con la punta de sus dedos, reduciéndolo a cenizas en unos segundos. "Ayuda a aliviar el estrés."

"Tosavía está amargo." Respondió Shigaraki encogiéndose de hombros, entrecerrando sus ojos carmesí mientras miraba al pirómano con cierta dificultad gracias a que la mano de su padre en su rostro bloqueaba gran parte de su visión, su mirada recorrió la parte que pudo del mayor. El rostro del hombre, deslizándose por las cicatrices púrpuras debajo de su boca y ojos, haciendo una mueca de disgusto por lo decente que todavía se veía Dabi, a pesar de que gran parte de su cuerpo estaba carbonizado, la vida todavía parecía ser amable con él.

"Prefiro algo más... dulce." añadió finalmente Tomura mientras giraba su rostro hacia adelante y chasqueaba la lengua con frustración. Cerrando los ojos mientras intentaba recordar la última vez que probó algo dulce además de las diversas bebidas que solía beber para complacer su gusto infantil, era difícil encontrar golosinas, especialmente cuando las hormigas las encontraron primero.

"Por supuesto, necesitas algo para endulzar tu amarga vida, jefe." Escuchó hablar a Dabi, frunciendo el ceño al notar ese sarcasmo habitual que detestaba, mordiéndose el agrietado labio inferior mientras murmullos y maldiciones escapaban de su boca. Sabiendo perfectamente que el mayor tenía razón, aunque sólo fuera en un único punto. Tu necesidad diaria de dulces es sólo una forma de intentar endulzar tu patética existencia y encontrarle algún significado.

Pero no hubo ninguno.

"Cállate, escoria." maldijo Shigaraki, poniendo sus infernales ojos hacia atrás y mostrando al otro el dedo medio, recibiendo a cambio una risa sardónica del pirómano junto con provocaciones que continuaron en el camino.

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"No creo que eso funcione de todos modos." Tomura escuchó atentamente las palabras de su subordinado mientras llenaba la bolsa que llevaba en su espalda con suministros, muchos de ellos principalmente enlatados y procesados, sin preocuparse por eso ya que nadie en su grupo se preocupaba por el bienestar alimentario.

ᵈᶦˢᵗᵒʳᵗᵉᵈ ˢᵒᵘˡˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora