Tentación y Pecado

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¿Quién diría que la serpiente del Edén solo podría invocar al primogénito con un invento humano que realmente funciona? Parecía un chiste, pero cuando inventaron la ouija ningún demonio o ángel estaba cerca, sin embargo al primer intento, Crowley apareció, discutió con el creador del "juego de mesa" y acordaron que Elijah podría patentarlo pero la tabla se la quedaba el demonio, y no era que no quisiera que hubiera más, solo no quería ser interrumpido en sus actividades.

Cómo sea, el pelirrojo y hermoso ángel caído tomó su juguete y lo llevó a su recién recuperado departamento. Dejó la tabla en su escritorio y sirvió una copa de vino, pensaba en la piel morena, altura y brazos fuertes de Caín, recordaba su primer encuentro, lo cálido de su piel sudando contra el delgado torso del demonio, las mordidas impresas en su cuello...
—¡No, no, no, idiota! Esto es para rescatar a Aziraphale—se intentó auntoconvencer, pero esto no estaría pasando si el ángel no hubiera a decidido regresar al cielo, Crowley apretó los dientes y tomó un trago más de la copa—ugh... Un demonio y un vampiro que juraron olvidarse porque hicieron demasiado daño ahora se juntan para rescatar a un ángel... Esto va a ser muy difícil.

Pero su amor por Aziraphale era más fuerte y Anthony no podía vivir si no sabía que estaba pasando.

Así que tomó la decisión, bebió el resto de la botella de un solo trago—Estúpida ouija—El demonio pronunció las palabras que prometió no volver a decir... Nada.

—¡Agh! No puede ser—el caído giro los ojos, mordió su muñeca y dejó escurrir la sangre sobre el puntero de la tabla ouija.

Nunca lo iba admitir, pero la taquicardia y el temblor de sus manos no era causado por el alcohol... El demonio estaba apretando los puños y mirando fijamente la tabla. La sangre comenzó a ser absorbida por el puntero, los ojos de serpiente brillaron con la pupila dilatada , Crowley soltó un suspiro ... Nada.

—¿Ahora qué?— dijo con hartazgo.

Crowley giro sobre sus talones dispuesto a regresar a la librería.

Pero el hombre alto, moreno, con los músculos marcados, ojos de serpiente, pero rojos, cabello negro y rizado que apareció frente a él hizo que parara en seco.
Se limpiaba la boca con la elegancia de un gato.
—Dulce y embriagante, como siempre, "Crowley" ¿Cierto?—.
—C-Caín— el ángel caído sintió su cuerpo calentarse y sudar—V-viniste.

El primer asesino, el señor de los vampiros tomó al demonio por la cintura y la nuca, acercó su inmortal cuerpo cerca de él y lo besó, Crowley debía resistirse, tenía que resistirse.
Pero no lo hizo.

—¿Me extrañaste, ángel?—dijo Caín burlonamente — puedes decir que no, pero tú cuerpo me dice que sí.
—No me llames así, chupa sangre—pidió Crowley sin poder impedir jadear, el marcado tenía su peso sobre él y sus manos por debajo de la camisa de Crowley—no te invoqué para esto—el errante mordía su cuello— Caín... Aziraphale, necesito saber de Aziraphale—no pudo aguantar un gemido.

—Sí, sí, hablamos de tu ángel después de recordarte por qué a mí no me puedes olvidar y Aziraphale es digno de tu enojo.

Crowley miró a los ojos a Caín, su igual, un marcado, errante, condenado y maldito, era verdad y eso enfureció al caído, al vampiro tuvo que enterrarlo y fingir que no existía más como un adicto evita las drogas, Aziraphale era un ángel que lo amaba pero amaba más la idea de Crowley siendo ángel de nuevo.

El señor de los vampiros tomó al demonio de las muñecas y lo postró sobre el escritorio, lamió la herida del caído y éste no pudo evitar sentir placer, Caín podía fingir muy bien, pero Crowley lo volvía loco, nunca había estado enamorado, ni siquiera de Lilith. Pero Crowley era diferente.
Con destreza, desnudó el torso del demonio y lamió, mordió y saboreó su delgado torso, gruñía de exitacion y el caído también.

El vampiro bajó por el torso y encontró el miembro erecto del demonio, lamió delicadamente haciendo retorcer a Anthony, se separó del demonio, lo miró a los ojos, sonrió y volvió a lo que estaba, las manos del marcado tomaron los muslos del pelirrojo y los abrieron para poder tomar el sexo del caído completamente dentro de su boca, el ángel caído gimió el nombre del errante y este a su vez el del demonio aún con su miembro entre los labios.

Las succiones eran tan intensas Anthony gemía y gritaba como hace mucho no lo hacía. Sentía lo caliente de la boca de Caín hundiéndose en su entrepierna, Caín lo veía a los ojos y eso lo exitaba demasiado.
—Caín... Caín voy a venirme — jadeó el demonio. El vampiro solo paró decir—Mas te vale— y siguió hasta que sintió el cálido semen del caído dentro de su boca.

—Para haber pasado tanto tiempo parece que me recuerdas muy bien— el señor de los vampiros sonrió pícaramente viendo directo a los ojos amarillos.

Crowley se sentía extasiado, pero también culpable. Estaba teniendo sexo oral mientras el paradero y bienestar de Aziraphale estaban en juego. No bajó la mirada, acomodó su ropa, aguantó las lágrimas y dió un suspiro.

—Aziraphale... Caín.

El vampiro sonrió.

—Debes saber que la información y ayuda del rey de los condenados te va a costar, demonio—dijo mientras lo tomaba de la cara.

Crowley rechazó sus manos con un su brazo, bajo la mirada y apretó los dientes.

—Ya lo sé.

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