En otra vida.

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Dos meses atrás...

Antes de empezar a manejar hacia su destino, sacó su teléfono y comenzó a escribirle un mensaje a Wesker.

Esta sería su última misión en Marbella, quería cerrar el caso Miranda antes de irse. Acababa de ver a Sara, con quien había ideado un plan para atrapar a Toni, así que lo pusieron en marcha.

Cómo habían quedado, al llegar a la ubicación Sara se separó para vigilar escondida, mientras Dominique se acercaba lentamente a Toni, quien estaba con dos guardaespaldas, junto a un hombre que vestía traje.

- Quietos, las manos arriba - todos reaccionaron inmediatamente, apuntando sus armas hacia la pelinegra, mientras que Toni permanecía mirando al horizonte, sin prestar mayor atención a lo que sucedía. - ¡Dije quietos!

- Deja de hacer el ridículo. - finalmente, Toni se dio vuelta, caminando hacia ella mientras hablaba. - ¿Dónde está Sara?

- ¿Sara? - se rio irónicamente. - ¿Dónde está Darlene?

- Bueno... la recompensamos por el tiempo que trabajó para nosotros. - respondió sereno. - Baja el arma, hablemos como los padres que somos.

- ¿Cómo te atreves a llamarte padre? - su tono denotaba enojo.

- Sabes, creo que llegué a conocer a tu hija muy en profundidad, diría que más que tú incluso. - continuó con un tono divertido.

- ¿Qué le hiciste? - Dominique estaba muy alterada. - ¿Dónde está?

- Deberías calmarte, si disparas nunca la volverás a ver, y además de que morirás aquí, todo aquel que te rodea morirá también, cualquier persona a la que le tengas un mínimo de aprecio.

- ¿Qué quieres? - respondió intentando que su voz sonase calmada y bajando su arma.

- Ya lo sabes, yo quiero mucho a mis hijas, quiero reunirme con ellas. - dijo sarcásticamente.

- ¿Quieres que te traiga a tus hijas? No va a pasar, eres un sádico.

- Teníamos un trato.

- No te las pienso entregar. Pensaste que te las daría como moneda de cambio, ¿por quién me has tomado? Ellas quieren estar tranquilas, y nosotras también, dame a mi hija, te sacaré al cni de encima y a cualquiera que te investigue.

- Me estás empezando a cansar, Dominique.

- ¿Que te estoy empezando a cansar? - Dominique intentó relajarse un poco, sin éxito alguno. Apuntó su escopeta a uno de los guardaespaldas de Toni, disparandole en el chaleco, efectuando un segundo disparo una vez que este se encontraba tirado en el suelo. - Dame a mi hija porque la próxima irá a tu cabeza. - habló con enojo.

- Leonardo, llévala con su hija. Si tanto quiere, eso es lo que tendrá. - el tono y la expresión de Toni habían cambiado, ahora estaba totalmente serio, ya no parecía divertirle la situación.

- De acuerdo jefe. Móntate en el helicóptero.

Quizá en una situación menos estresante se lo hubiera pensado, pero solo podía pensar en ver a Darlene, así que subió sin dudar mucho. Una vez en el aire, el hombre con el traje ató sus manos y posteriormente un bloque de cemento a sus pies.

- ¿Qué haces?

- ¿Quieres ver a tu hija? - se posicionó junto a ella. - ahí está. - tras terminar de pronunciar estas palabras, empujó a Dominique del helicóptero atada de pies y manos a un río.

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