Sin recuerdos #11

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Amanda
Sábado 11:28 a.m.

-¡BUENOS DÍAS HERMANITA!— Ada tenía un megáfono que no sé de dónde diablos saco y lo tenía sobre mi oreja

-¡¿QUÉ MIERDA?!— salte sobre mi cama, estaba desorientada, tenía un dolor de cabeza terrible

-Te felicito, te luciste anoche—

-Ada, ¿de qué mierda hablas?—

-Oh oh, esta es la parte donde no recuerdas que pasó la noche anterior, bueno, supongo que lo averiguarás, suerte entonces— Ada salió de mi habitación, se encontraba de buen humor y hablaba de algo que pasó anoche ¿qué se supone que pasó?

Tenía un dolor de cabeza horrible y más por lo que hizo Ada hace unos minutos, me levanté de mi cama y fui directamente al baño, necesitaba una ducha fría para poder despertar bien.

Después de la ducha sentía que algo andaba mal, algo me faltaba... ¿qué era?
No le di mucha importancia y bajé al primer piso

-¿Cómo te va con tu resaca Mandy?— saludo mi hermano Sam que estaba en la cocina

-Del asco— agarré un plato para servirme cereal —¿cómo es posible que la gente disfrute de esto cada fin de semana?— me acerqué al frigorífico para buscar la leche

-El masoquismo de la sociedad es impresionante— dijo Sam sin despegar la vista de su celular

-¿Alguien especial?— dejé el cereal en su lugar y me senté en la mesa al lado de Sam

-¿Qué, esto?— mostró la pantalla de su celular que solo tenía videos de fútbol —Aún no llega la indicada si esa es tu duda—

-Ya lo noté— dije mientras empezaba a comer —¿Cuando tienes tu próximo partido?— quise cambiar de tema para no presionarlo con lo otro

-Mañana, jugaremos las semifinales y si el equipo queda campeón podremos subir de división— Sam estaba emocionado por el juego, era lo que más le apasionaba después de los videojuegos

-¿Será prudente empezar a festejar desde hoy?— Sam sonrió ante mi comentario

Como era sábado no tenía demasiado que hacer, así que me quedé hablando con mi hermano durante unos minutos, pero al parecer él si tenía cosas que hacer y se tuvo que ir, aún seguía con la mala espina de que algo me faltaba, hasta que mi teléfono sonó y mire el nombre de la persona en mi pantalla

-¡Oliver! Sabía que algo faltaba esta mañana, ¡¿Dónde estás idiota?! Porque demonios no estás en casa—

-Estoy en casa de Aarón y... nos acostamos y se ha jodido todo ¿puedes venir por mi?— Oliver se escuchaba mal, pareciera que estuviera a punto de llorar

-¿QUÉ?—

...

Me vi en la obligación de ir a la casa de Aarón a recoger a Oliver, por suerte los padres de este no estaban, si no, hubiera sido un problema mayor, cuando llegue, Oliver estaba sobre la acera y no dijo nada y subió al auto. No hubo plática en el camino de regreso a mi casa, Oliver se veía devastado, no me atrevía a preguntar sabía que si él quería hablarlo me lo contaría. Llegamos a casa y ni siquiera saludo a mis hermanos, fue directo a nuestra habitación, Ada y Sam estaban confundidos por la actitud de Oliver, el siempre suele ser amable y social con todos pero hoy no era su día, no quise subir porque quise darle su espacio.

...

Lunes 5:08 a.m

El fin de semana termino rápido, Oliver no quiso hablar del tema de Aarón y estuvo muy callado este tiempo, pareciera que su mente está en otro mundo. En el desayuno nadie habló, mis padres ni siquiera estaban, el sábado en la noche regresaron pero se volvieron a ir el domingo en la tarde, sin ellos las charlas matutinas son nulas.
Ada se ofreció a llevarnos y ella intentó hablar con Oliver pero el respondía cortartemente, nunca había conocido un Oliver así, Ada se dio por vencida con el, y el camino fue silencioso hasta que finalmente llegamos a nuestro destino.

Mereces ser amada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora