I Cast Fist (DxD - Celestial Grimoire)

Capítulo 23

Coriana–

Se despertó sintiendo una llaga buena. El sexo con Michael era otra cosa, su infinita resistencia garantizaba que ella se quedaría dormida tanto por el cansancio como por el placer. El único inconveniente era que rara vez se despertaba con él a su lado.

Abrir los ojos sin su calidez a su lado le dolió mucho más de lo que esperaba, lo cual fue bastante sorprendente para ella. Esto no era lo que ella imaginó cuando se relacionó con él. Al menos, ella no pensó que sucedería tan rápido. Ella creía que sería algo más casual, algo que potencialmente podría evolucionar hacia algo más grande, pero a sus emociones no les importaban sus pensamientos y planes.

Sólo cuando vio a Michael con un agujero en el pecho se dio cuenta de lo mucho que se preocupaba por él, de lo mucho que significaba para ella. Ella pensó que lo había perdido, una de las pocas cosas buenas en la vida, y se sintió… desconsolada ante la idea de no volver a verlo nunca más.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que él no era una aventura ni nada por el estilo. Michael era alguien con quien quería pasar mucho tiempo y por eso no dudó en ofrecerle un lugar donde vivir cuando tuvo la oportunidad.

Cori se estiró y soltó un agradable gemido cuando sus articulaciones explotaron. Una suave sonrisa apareció en su rostro cuando notó que Michael la había limpiado con un hechizo. Incluso también se había ocupado de las sábanas.

Sí, a sus emociones no les importaban en lo más mínimo sus planes. ¡Pero no se la puede culpar por eso! El sexo fue fantástico, era divertido estar con él e incluso pudieron hacer cosas divertidas juntos. Ella no pensó que encontraría alegría en crear un juego de todas las cosas, pero él demostró que estaba equivocada.

Cori resopló y sacudió la cabeza cuando finalmente se levantó de la cama y bajó las escaleras. No había razón para ponerse ropa ya que Michael era el único aquí y disfrutaba mucho viéndola desnuda. Con una pequeña sonrisa de orgullo, llegó a la sala y lo vio sentado en el sofá con su computadora portátil frente a él.

"Mañana." Él la miró, ofreciéndole una pequeña sonrisa que la mareaba por dentro. "Te preparé el desayuno y un poco de café".

"Buenos días", le devolvió el saludo mientras sus ojos examinaban las patatas fritas (su comida favorita para el desayuno) sobre la mesa.

Fueron esas pequeñas cosas las que hicieron que su corazón diera un vuelco. Él era así de considerado, asegurándose de que ella fuera atendida y tuviera todo lo que necesitaba. Ahora, si tan solo se despertara junto a ella más a menudo…

¿Quizás ella podría hacer algo al respecto? El mayor problema fue que Michael duró más que ella. La solución obvia era encontrar una manera de aumentar su resistencia, algo que ya estaba haciendo con su entrenamiento diario.

El problema era que Michael estaba mejorando mucho más rápido que ella. Eso la dejó atónita, pero como a él le gustaba decir de vez en cuando,simplemente fue construido diferente.

La siguiente solución fue aumentar el número de personas en la cama agregando una o dos más con ellas. A Cori realmente no le importaba, ya que se sentía atraída tanto por hombres como por mujeres y Michael también atraería a más personas en el futuro. Ya era muy fuerte e iba a volverse aún más poderoso.

Ese era uno de los rasgos más atractivos del mundo sobrenatural. Todo el mundo podía tener una apariencia hermosa, ya que había innumerables maneras de lucir bien, pero ser poderoso era algo completamente distinto. Y los que estaban en la cima naturalmente atraían las miradas de los que estaban debajo de ellos.

Michael seguramente alcanzaría ese nivel en algún momento. Su crecimiento fue así de absurdo. Sin mencionar todas las ventajas que tenía, que ellos también podían disfrutar: su ridícula comida que promovía el crecimiento, sus locos inventos que ayudaban a su entrenamiento y cualquier otra cosa que se le ocurriera en el futuro.