Capítulo 2: Responsabilidad Y Revelación

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Lum bajaba de su nave con la cara llena de amargura, llevaba seis meses fuera, inmersa en una oscuridad perpetua en un planeta donde vivió los peores días de su vida

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Lum bajaba de su nave con la cara llena de amargura, llevaba seis meses fuera, inmersa en una oscuridad perpetua en un planeta donde vivió los peores días de su vida. Ahora, de regreso, sentía una opresión en el pecho y el estómago revuelto. No tenía ganas de verlo, pero debía calmarlo de alguna forma.

Se dirigió al palacio de su esposo con pasos lentos y pesados, como si cada paso que daba la acercara más a su destino inevitable. Al llegar a la puerta de su dormitorio compartido, un dolor de cabeza comenzó a martillear en sus sienes, la ansiedad devorándola desde adentro. Su mano temblaba ligeramente mientras se alzaba para abrir lo único que la separaba de él.

La puerta se abrió con un chirrido suave, y allí estaba él, sentado en su escritorio, absorto en unos archivos. Alzó la vista al oírla entrar, y sus miradas se cruzaron. Deberían ser miradas de amor, propias de unos esposos, pero solo había frialdad en sus ojos.

—Pensé que ya nunca más ibas a volver —dijo él con una voz cargada de amargura.

—Solo estoy cumpliendo con mi trabajo, mis obligaciones como emperatriz —respondió Lum, tratando de mantener la calma, aunque una chispa de ira brillaba en su interior.

—¿Y qué pasa con tus obligaciones de esposa? —La pregunta hizo que Lum se pusiera tensa—. Mi planeta ya exige un heredero, Lum —dijo, acercándose peligrosamente a ella y tomándola por los hombros. La náusea se apoderó de Lum—. Es momento de que cumplas con eso —añadió, inclinándose para besarla.

Lum no lo soportó más y lo electrocutó con todas sus fuerzas. No iba a permitir que alguien más que no fuese Ataru la tocase.

—Pues qué pena, pero mi planeta aún no lo exige, y no me siento preparada. Tendrás que esperar —dijo, ocultando la verdad con mentiras para que él no sospechara.

—¿Y por qué tienes que electrocutarme? —dijo él, rabioso—. Como si odiaras que te tocara —acusó.

—No es que tenga muchas ganas de que me toques después de lo que me hiciste la última vez —respondió Lum, llena de enojo.

—Es lo que te merecías por no comportarte como una esposa. Además de que desterraste a Carla —alzando más la voz, la furia evidente en su rostro.

—Ya se me hacía raro que no la mencionaras. Apuesto a que ella ya volvió a este planeta —dijo Lum con ironía.

—Pues claro, al fin y al cabo, este es mi planeta —replicó él.

—¿Entonces por qué no te casaste con ella en primer lugar? Incluso fue a nuestra boda a matarte, pero te empeñaste en casarte conmigo —dijo Lum, con chispas de electricidad danzando a su alrededor.

—Porque tú eras la destinada a ser mi esposa —dijo él, ahora con una inseguridad palpable.

—Entonces me exiges que me comporte como una buena esposa cuando tú no eres capaz de ser un buen esposo —dijo Lum, ya muy enojada.

Between The Darkness |Urusei Yatsura|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora