I. Última noche

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Taylor se mete bajo la frazada y ambos se recuestan mirando hacia el techo. La cama es de una plaza, así que están muy apretados. Ninguno dice nada. El de cabello celeste cierra los ojos intentando dormir. 

-Sabes? -la voz de Ben lo despierta-. Cuando te mostré esa foto, jamás pensé que las cosas terminarían así.

-Yo tampoco -responde Taylor luego de medio minuto-. En el viaje de ida pensaba en cómo haría para compartir el cuarto contigo. Mira tú, estamos durmiendo en la misma cama e incluso te hice una mamada.

-La vida está llena de sorpresas -concuerda Ben. El otro joven murmura lo mismo y luego el silencio reina en la habitación por un par de minutos.

-Nos faltó la cereza del pastel. Aunque eso no estaba en el dado siquiera -comenta el de cabello marrón.

-Te refieres a el sexo? -pregunta Taylor, de la forma más neutral que consigue.

-Ajá -responde Ben. Espera unos segundos antes de preguntar-. Se te pasó por la cabeza en algún momento?

No obtiene respuesta. El silencio vuelve a reinar en el cuarto. Siguen mirando hacia el techo. Escuchan al viento mover las hojas del árbol de afuera. Ben cierra los ojos.

-Igual no podríamos -lo despierta la voz de Taylor-. Sería peligroso. El seguro de la puerta no funciona siquiera.

-Ya -concuerda el de ojos pardos-. Aunque podríamos hacerlo despacio -comenta Ben-. Traje lubricante -agrega. Esta vez la respuesta llega en menos tiempo.

-Dónde lo tienes? -pregunta Taylor.

-En el primer cajón de la mesita de noche.

El joven más alto no dice nada. Rueda hacia la izquierda, abre el cajón y extrae el envase. Se lo alcanza a Ben. Luego lleva las manos al borde de su pantalón de pijama y lo deliza hacia abajo para quitárselo.

-Creo que es mejor si flexionas las piernas hacia arriba -comenta el de cabello marrón mientras moja el dedo con lubricante.

-Ya sé -responde Taylor y hace lo que le pide. Ben coloca el dedo en la entrada y lo introduce lentamente-. Ahh! -gime Taylor. Lo mira serio-. No lo hagas así, tan de repente.

-Mi culpa -dice Ben y continúa con su tarea, más despacio esta vez.

-Mmh…haz tenido…umph…sexo anal…uggh…alguna vez? -pregunta el de ojos celestes. El otro niega con la cabeza-. Tienes que….aah…relajarlo poco a…nnm…poco…mmhp…así.

Ben lo satisface por varios minutos. La presión que ejerce el interior de Taylor sobre sus dedos se reduce con el tiempo. Evita mirarlo de frente para no sentirse incómodo, pero a veces lo hace de reojo. El de ojos celestes hace un gran esfuerzo en no dejar que sus gemidos lo delaten.

-Estoy listo -dice Taylor luego de unos minutos-. Ponte debajo.

El de ojos pardos hace lo que le pide y posiciona su miembro debajo del trasero de Taylor. La frazada lo cubre desde arriba, llenado de oscuridad el espacio entre ellos. Coge su miembro desde más arriba de las bolas y pone la punta cerca a la entrada.

-Okey. No debo advertirte que debes hacerlo despacio, verdad? -corrobora el de ojos celestes mientras coge a Ben a la altura de sus codos-. Puedes verme la cara?

-Sin lentes y con tan poca luz? -responde Ben.

-Bien -replica Taylor-. Así es mejor. Adelan…aaahh -le aprieta los brazos-. Mmph.

Ben cierra los ojos, concentrándose en moverse lento y disfrutar de la sensación allí abajo. Despacio, se abre paso dentro de Taylor, expandiendo sus paredes internas. Las manos de Ben se aferran a las sábanas mientras su miembro va desapareciendo dentro de su compañero de habitación.

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⏰ Última actualización: Jun 10 ⏰

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