the truth.

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No sabe por qué ha terminado aceptando asistir a la dichosa fiesta del equipo de básquetbol al que pertenece Yunho pero ahí estaba: siendo arrastrado de la mano por su novio a través de toda la sala de aquella casa que desconocía.

Personalmente no le agradaba ese tipo de ambientes, tan ruidosos y llenos de gente alcoholizándose o drogándose a escondidas. A ese punto de la noche todavía se mantenía la calma, solo se escuchaba la alta música y las cientos de voces diferentes que hacían eco por todo el lugar; el olor a cigarrillo que provenía del patio le molestaba un poco pero era mejor que el olor a sudor y alcohol. Por suerte la fiesta aún no llegaba a ese desesperante punto pero sabía que solo faltaban un par de horas para que se desatara el caos.

Honestamente todavía no comprende como es que a Yunho, siendo un adulto relativamente tranquilo y relajado le gustaban ese tipo de lugares. Más bien dicho, no sabía como lograba tolerarlos y disfrutar del ambiente o de las personas a su alrededor. Todo era sofocante para él.

Por eso prefería simplemente no asistir a ese tipo de fiestas, solo si Yunho estaba con él y lo acompañaba durante toda la noche lograba soportar unas cuantas horas sin reprochar. En esta ocasión estaba acompañándolo porque sabía que era algo importante para él y para el equipo deportivo y no quería arruinarlo. La presencia de Yunho en la fiesta era importante, el hecho de que este se la perdiera solo para pasar tiempo con él sería inaceptable para todos los miembros del equipo que le tenían recelo desde hace tanto tiempo que ya ni siquiera lo recuerda.

Así que ahí estaba: "acompañando" a Yunho porque esa había sido la única condición que el mayor le había pedido para que lograra asistir ese día. "Si no vas tú entonces yo tampoco" le dijo, así que terminó aceptando a regañadientes.

- Mingi, ¿quieres que te traiga algo de tomar? -escucha la voz ronca de su pareja decirle, muy cerca del oído.

Mingi frunce el ceño, mira a su alrededor y luego a su mayor. No sabía como habían llegado a donde estaban parados pero por suerte no había demasiada gente, era más bien como un rincón algo oscuro que podía usarse como refugio o como...un rincón para hacer cosas ilegales o fuera de la línea del pudor.

- No, estoy bien -termina negando y hace una mueca disgustada cuando observa por el rabillo del ojo a un tipo de cabello fosforescente sentarse en un extremo del sillón de cuero, muy sospechoso a su parecer.

- ¿Seguro? Puedo traerte un jugo si quieres -insiste, sin pasar por alto la cara del menor.

Mingi vuelve a negar y se da media vuelta para sentarse sobre el sillón, bastante lejos del tipo desconocido que los observa con atención desde su lugar.

- Está bien, regreso en seguida no te muevas.

El pelinegro suelta una risa nasal y se cruza de brazos. Como si quisiera irse a otra parte que no fuese su casa, cosa que estaba seguro no pasaría en ese instante.

Observa a Yunho irse por donde habían llegado segundos atrás y se queda finalmente "solo" con el extraño de cabellos chillantes mal teñidos que no para de mirarle con los ojos entrecerrados y curiosos. Siente tensión en sus hombros y una incomodidad inmensa asentarse sobre su pecho y parte de su garganta.

Si hay algo que detesta es que un desconocido lo observe durante mucho tiempo.

- Hola, ¿como te llamas? -escucha una voz bastante lejana preguntarle. Mingi decide ignorarlo mientras se mantiene de brazos y piernas cruzadas, esperando a que Jeong Yunho se digne en aparecer en los próximos veinte segundos como mínimo- ¿Hola? ¿no me escuchaste? ¿cómo te llamas? -escucha que repiten la pregunta, esta vez más alto y un poco más cerca.

며﹑kɑppuru﹕﹪ | 𝗬𝘂𝗻𝗴𝗶❕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora