En un mundo donde las jerarquías sociales están marcadas por la biología, Tae, un exitoso empresario alfa, desprecia a los omegas con una intensidad que raya en la obsesión. Para satisfacer sus instintos más básicos, ha recurrido a relaciones con be...
— Exacto —murmuró el líder, su voz llena de promesas de intriga y conspiración.— Necesitamos actuar con discreción y paciencia. Si jugamos bien nuestras cartas, pronto veremos el fruto de nuestros esfuerzos.
Pero entre las sombras, un cómplice más siniestro aún estaba contemplando opciones más drásticas.— ¿Y si eso no es suficiente? —inquirió, su voz llena de anticipación por el caos que estaba por venir.— ¿Qué más podemos hacer?
El líder sonrió, una sonrisa fría y despiadada que enviaba escalofríos por la espalda de todos los presentes.— Si es necesario —declaró con una determinación implacable— recurriremos a medidas más drásticas. Pero por ahora, centrémonos en debilitar su vínculo emocional. Esa será nuestra mejor arma.
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Capítulo 10
Tae se encontraba en un estado de confusión interna que lo consumía lentamente, como las olas que erosionan la costa. Había pasado de despreciar todo lo relacionado con Northem Lights, especialmente a los omegas asociados con ella, a sentir una inexplicable atracción hacia uno de ellos: Kook. Esta nueva realidad desafiaba sus convicciones más arraigadas, sacudiendo los cimientos de su mundo cuidadosamente construido.
Durante días, Tae había luchado contra sus propios pensamientos, tratando de racionalizar sus emociones crecientes hacia Kook. Se encontraba en un constante estado de conflicto interno, cuestionando sus propias creencias y juicios. ¿Cómo podía sentir algo por un omega de Northem Lights? ¿Cómo podía permitir que alguien de esa empresa, la misma que consideraba su mayor rival y enemiga, despertara sentimientos tan profundos en su interior?
La tensión entre sus convicciones y sus sentimientos lo había llevado a tomar decisiones impulsivas y erráticas. Había momentos en los que deseaba alejarse de Kook, mantenerlo a distancia para protegerse a sí mismo de las emociones turbulentas que lo invadían. Pero por otro lado, no podía evitar buscar la compañía de Kook, anhelando su presencia y la conexión única que compartían.
Fue en medio de este torbellino emocional que Tae, incapaz de lidiar con sus propios sentimientos contradictorios, tomó una decisión impulsiva y desesperada: le dijo a Kook que no volviera a la empresa. La orden salió de sus labios antes de que pudiera detenerse a considerar las consecuencias, impulsada por el miedo y la confusión que lo consumían.
Al principio, Tae trató de justificar su decisión, convenciéndose a sí mismo de que estaba actuando en interés de la empresa y su propia estabilidad emocional. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, sabía que esa no era la verdadera razón. Estaba huyendo de sus propios sentimientos, temeroso de enfrentar la verdad incómoda de su atracción por Kook.
Con el tiempo, la ausencia de Kook en la empresa comenzó a pesarle a Tae más de lo que había anticipado. Se encontraba anhelando la presencia del omega, extrañando sus conversaciones estimulantes y su compañía reconfortante. Se dio cuenta de que, al tratar de evitar sus sentimientos, había perdido algo valioso: una conexión especial que compartía con Kook, una conexión que ahora lamentaba haber dejado escapar.
