Sorpresas y Secretos

113 14 5
                                    

Anteriormente

Tae disfrutaba de la sensación de paz y serenidad que encontraba en la casa de Kook, lejos del ajetreo y el bullicio de la ciudad. Se sentía como en casa entre las cuatro paredes que compartía con Kook, rodeado de recuerdos felices y promesas de un futuro juntos.

Juntos, pasaban los fines de semana explorando nuevos lugares, cocinando deliciosas comidas juntos y simplemente disfrutando de la compañía del otro. A menudo, se encontraban en la cocina, compartiendo risas y secretos mientras preparaban sus platos favoritos y se perdían en la dulce música de su amor compartido.

Los días se deslizaban sin prisas cuando estaban juntos, envueltos en la calidez reconfortante de su amor mutuo. Cada momento compartido era un tesoro que atesoraban con gratitud y alegría, sabiendo que estaban creando recuerdos que perdurarían mucho más allá del paso del tiempo.

Y así, entre comidas compartidas y abrazos cálidos, Tae y Kook encontraron la verdadera belleza y la magia de su relación, una historia de amor que solo crecería más fuerte con cada día que pasaba.

Y así, entre comidas compartidas y abrazos cálidos, Tae y Kook encontraron la verdadera belleza y la magia de su relación, una historia de amor que solo crecería más fuerte con cada día que pasaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 13

El sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas, inundando la habitación con una luz cálida y dorada. Tae se despertó lentamente, disfrutando del reconfortante calor del cuerpo de Kook a su lado. Era un despertar que había llegado a atesorar, una rutina que le brindaba paz en medio de su ajetreada vida.

Kook, como siempre, ya estaba despierto y en la cocina, preparando el desayuno. Tae se estiró y sonrió, sintiendo una ola de gratitud por la estabilidad y el amor que Kook aportaba a su vida. Se levantó de la cama, se puso una camiseta y se dirigió a la cocina, siguiendo el tentador aroma del café y los panqueques.

— Buenos días, bonito —dijo Tae, abrazando a Kook por detrás y depositando un beso en su cuello.

— Buenos días, cariño —respondió Kook con una sonrisa mientras seguía cocinando.—Te he preparado tu desayuno favorito, no quiero que te vayas al trabajo con el estómago vacío.

Tae rió y se sentó en la mesa, observando a Kook moverse con gracia por la cocina. Aunque habían caído en una rutina, cada momento con Kook se sentía nuevo y emocionante. Tae disfrutaba de estos pequeños gestos de amor que compartían, sabiendo que eran los cimientos de algo mucho más profundo.

Después de disfrutar de un delicioso desayuno juntos, Tae se preparó para irse a la empresa. Kook lo acompañó hasta la puerta, como siempre, con una sonrisa brillante en el rostro.

— Te veré esta noche, ¿verdad? —preguntó Kook, aunque ya conocía la respuesta.

— Claro, no puedo esperar —respondió Tae, inclinándose para darle un beso suave en los labios.— Cuídate, amor.

— Cuídate tú también —respondió Kook, viendo a Tae alejarse hasta que desapareció de su vista.

Con Tae camino a la empresa, Kook cerró la puerta y se dirigió a su habitación, sintiendo una excitación secreta. Había estado trabajando en una sorpresa para Tae, algo especial que esperaba que lo hiciera sonreír y lo sorprendiera. Se dirigió a su armario y sacó una caja oculta en la parte superior. Dentro, había una colección de lencería de alta calidad, cuidadosamente seleccionada.

Northem Lights: TKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora