「ღ」Capítulo 26.

55 8 1
                                    

Había pasado una semana desde que Ivan me envió ese mensaje, y en ese tiempo lo único que había hecho era llorar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había pasado una semana desde que Ivan me envió ese mensaje, y en ese tiempo lo único que había hecho era llorar. Mi aspecto era desastroso, tenía siempre los ojos hinchados, rojos, y me veía aún más pálida de lo habitual.

Al día siguiente de la ruptura la agencia Golden había dado una rueda de prensa donde confirmaban el rumor de Ivan y Camille, y en poco tiempo todo el internet estaba lleno de artículos de ambos. Me vi forzada a cerrar las pocas redes que tenía ya que comencé a leer artículo tras artículo y eso solo intensificaba el dolor de mi pecho.

Caro había tratado de contactarme en cuanto estalló la noticia pero no quise contestarle, Eliot venía a verme antes de irse al trabajo y cuando regresaba, pero me negaba a abrir la puerta, y mis padres habían entendido que necesitaba un tiempo, y me permitieron faltar a la escuela.

Quería desaparecer. Sus palabras resonaban en mi cabeza sin descanso y se clavaban dentro de mi pecho como un puñal.

Quise creer que todo se trataba de una estrategia de marketing y él volvería a buscarme, pero no fue así. Ivan no quería volver a verme. Como él dijo, no fui suficiente para él, era momento de aceptarlo.

—Por favor, contesta.

Había perdido la cuenta de cuantas veces lo llamé, pero el resultado siempre era el mismo, el buzón de voz siempre me indicaba que el número había sido desactivado.

Abrí la ventana y la fría brisa de la tarde de otoño parecía burlarse de mi tristeza. El viento removía mi cabello y enfriaba mis enrojecidas mejillas. Observé por la ventana y vi a los niños caminar con sus disfraces.

Halloween era mi festividad favorita, pero ahora no sería más que una fecha que me recordaría siempre que el primer novio que tuve me había roto el corazón.

Me eché y cerré los ojos pero no pasó mucho para que escuchara las llaves de la puerta de mi habitación. Me tapé con la manta hasta la cabeza y luego oí unos pasos acercarse hasta el borde de mi cama, el colchón se hundió, y una mano comenzó a acariciar mi espalda con delicadeza, como si fuera algo frágil que estaba a punto de romperse.

—Ey —escucho que dice Eliot—. Es probable que lo último que quieras es saber del resto, pero te quiero llevar a un lugar.

—No estoy de humor —contesto cansada, pero él tira de la manta destapando mi rostro.

—Zoey, entiendo como te sientes pero...

—No entenderías cómo me siento —respondí quizás más rudo de lo normal, vi como él se removió incómodo—. Perdón, es solo que...

—No tienes porque disculparte —suspira—. Tienes razón, sé que no puedo entender como te sientes, pero lo que si se es que... no puedes seguir lastimándote de esta manera. No estás comiendo, y sé que tampoco duermes bien, te oigo en las noches. Hay gente que te ama, Zoey. Tus padres, Caro, y me complace informarte que yo también.

Viaje a las estrellas [✓] | [EDM #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora