El domingo al levantarnos, Valery y yo bajamos a desayunar.
Luego vimos unas películas juntas, jugamos juegos de mesa, comimos unas pizzas y así pasamos toodo el día. A Noah no lo ví en ningún momento, pero no me importó.Cuando se hizo de noche me despedí de mi amiga y volví al apartamento. ¡Cuánto había extrañado mi cama! No es que la nube enorme en dónde dormí el día anterior en la casa de Val estuviera mal, pero es que no hay como la cama de uno, ya me entienden.
___________________________________El lunes me desperté un poco cansada, ya era algo normal en mí.
Me vestí con unos jeans y una camiseta de mi cantante favorita en la historia: Olivia Rodrigo. No me juzguen, hace canciones muy buenas para tener prácticamente mi misma edad.
Luego de tomar rápidamente unas tostadas de la mesa (sí, estaba por llegar tarde) y despedirme de mi tía, salí rumbo al instituto.
El día pasó con normalidad: Noah molestándome de vez en cuando, Sophie mirándome mal siempre que podía, y Val hablando sobre cosas de su familia y contándome anécdotas graciosas. La había conocido hace taan poco tiempo que no me creía que ya la consideraba mi mejor amiga.
Pero me olvidaba de un detalle, hoy teníamos que terminar el proyecto de filosofía con Noah, y lo peor de todo es que habíamos quedado en vernos en su casa. Juro que intenté por todos mis medios evitarlo, pero me dijo que su madre y el señor Graham no estarían, y que él no pensaba volver a ir a la biblioteca.
Cómo podrán ver, no me quedó otra opción, así que ahí me tienen, a las cuatro de la tarde parada en la puerta de la casa de mi mejor amiga, esperando a que el stronzo de su hermanastro me abra para poder terminar el trabajo.
— Llegas temprano italianita.
— ¿Pero si dijimos que a las cuatro?
— Sí, lo que significa que tendrías que haber llegado en media hora, ley de horarios adolescentes Grecia.Puse cara de disgusto, y para no darle más vueltas al asunto, decidimos subir a SU habitación a estudiar. Estaba muy bien organizada, y tengo que admitir que me la esperaba diferente. Me indicó dónde sentarme y empezamos a trabajar. Cabe recalcar que era más inteligente de lo que se mostraba en clase. Me hizo pensar que quizá Noah fingía ser menos "intelectual" en el instituto meramente por parecer más cool o vaya a saber Dios la razón.
Mientras yo estaba dándole los últimos retoques al informe, y él terminaba la presentación, le llegó una notificación al celular. Muy por esas casualidades estaba desbloqueado, y justo al lado mío. Puede ser, no digo que haya pasado, pero puede ser, que yo, obviamente sin querer, haya pegado una ojeada a su teléfono. La notificación era de una tal "@SophieAdams", y no había que ser muy lista como para deducir de qué Sophie se trataba. Justo cuando estaba por leer lo que decía, Noah volteó y me agarró infraganti.
— ¿Qué estabas tratando de hacer? — Me preguntó mientras tomaba su celular y me miraba con una ceja enarcada.
— Eeh.. ehh.. Es que justo cayó una notificación y pensé que era mi teléfono, como tienen el mismo color de protector me lo confundí.
— Claaro. ¿Y de casualidad tu celular no es el que tienes sobre tu regazo?
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El error más grande de mi vida
Teen FictionEN PAUSA "Hay que actuar cuando sentimos, porque luego puede ser muy tarde" ______________________________________________ Grecia, una italiana de 17 años, decide mudarse a California con su tía Geovanna para estudiar por todo un año en Estados Unid...