Cuando sus ojos lograron encontrarse con los de la morena, Seungcheol sonrió mostrando su perfecta y blanquecina hilera de dientes. Ella enrolló un mechón de su cabello a lo largo de su dedo mientras cruzaba sus largas y bronceadas piernas. Sus amigas rieron al notar el intercambio de miradas coquetas y empezaron a hacerle señas para que se acercara.
Estuvo dispuesto a hacerlo -joder que a eso había venido-, pero la mano de su amigo lo detuvo, sosteniendo su muñeca con insistencia pasiva.
—¿Es en serio, Cheol?
El de pelo negro alzó una ceja mientras lo miraba. Jeonghan lo había convencido de ir a ese pub para pasar el rato, y Seungcheol había aceptado de buena gana porque, aparte de querer pasar tiempo con su mejor amigo, hace tiempo (dos días) que no echaba un buen polvo y estaba indispuesto a continuar así. Sus objetivos dejaron de ser objetivos cuando se dio cuenta de que Jeonghan también había invitado a su grupito. Jackson, Hyunjae y Changbin, para conversar cosas que a Seungcheol no le interesaban. Así que dejó de ser la noche de amistad y ligues para ser sólo de ligues.
Y no fue difícil. Nunca lo era. Tan pronto como echó un vistazo al pub encontró a la chica clavándole el ojo. Su oportunidad de bajar la libido con una buena follada estaba a unos cuantos metros y no podía ir a reclamarla porque Jeonghan lo tenía retenido como un perro con una correa.
—En serio, ¿qué? —Respondió confundido.
Jeonghan frunció el ceño y apuntó con los ojos a la morena que seguía con los ojos puestos en Seungcheol.
—Sí, voy a follar ¿y qué? —Alzó la barbilla, desvergonzado. Jeonghan rodó los ojos y lo soltó, más Seungcheol siguió parado en su lugar exigiendo el porqué de sus señas.
—No creo que debas seguir en esto, hombre. Tienes 26 años y estás en tu mejor forma ¿Por qué sigues desperdiciando el tiempo en vez de sentar cabeza?
La lógica de Jeonghan no le causó ni la más mínima impresión a Seungcheol. Su amigo estaba últimamente en la onda de la familia y el matrimonio, incluso si Jeonghan era gay parecía particularmente interesado en que Seungcheol madurara y dejara de tontear con cada fémina que se le atravesara. Y esto para el mayor era completamente estúpido porque él no se veía aún en condición emocional ni mental para buscar formalizarse con alguien.
—¿Por qué sigues con eso? No te veo a ti buscando adoptar un niño o con un marido. —Se cruzó de brazos. Jeonghan bufó y apoyó un codo en la barra.
—Sabes que no es igual. Mis probabilidades de formalizarme con alguien son mucho menores que las tuyas, que te la pasas de cama en cama. —Ante la acusación Cheol no dijo nada— Mira, ¿por qué no le pides una cita a esa chica? Y- espera, déjame terminar. Hablo de una cita formal, un café, ir a caminar. Algo que no incluya follar apenas abras la boca para saludarla.
Cheol soltó una risilla incómoda. Sí claro.—Eso es absurdo. Ella no me gusta, ninguna de las chicas con las que me acuesto me han gustado más allá de lo físico.
—Porque nunca te has permitido conocerlas bien. Esa chica puede ser una fan de Pokemon, cocinera con experiencia y tener una risa ridículamente contagiosa y tú nunca lo sabrás porque sólo buscaste follártela. —Cheol le dio un codazo junto a una sonrisa. Jeonghan también sonrió— Vamos, amigo. Inténtalo.
—Joder, Jeonghan. No lo sé. Nunca tuve una cita... —Dijo inseguro, mirando cómo la morena comenzaba a aburrirse de esperarlo.
Jeonghan dio un suspiro. — Cierto. Pero yo puedo ayudarte con eso, una de nuestras lecciones rápidas: Busca preguntarle sus intereses. Escúchale hablar lo más que a ella le dé la lengua y-oh, no pongas esa cara que no lo decía en el sentido morboso.