★por que no puedes mirarme como yo te miro..?★
Dimitri alexandrovich sergejev es el primo, omega y prometido de caesar... Dimitri siempre ha estado enamorado de caesar, lo ama tanto...pero que lastima que su primo lo vea como alguien insuficiente...
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👆 →maxine romanoff sevgeyan →27 años..
Advertencia para este Capítulo: ° relaciones sexuales consensuadas °recuerdos reprimidos °intentos de suicidio °malas palabras °recuerdo de relación tóxica
Dimitri...
Cuando tenía dieciséis años, Alexis, mi padre, trajo a un niño, un niño pelinaranja con ojos naranjas llenos de trauma, para ese entonces ese niño tenia siete años, maxine, era un niño encantador, siempre estaba a mi lado, nunca me dejaba ni por un segundo..
El siempre me decía que me amaba, que me quería, que quería casarse conmigo y tener muchos cachorros, siempre lo tome como un juego, ya que los niños no piensan con claridad..
Además en esos momentos yo amaba con devoción a caesar.
Pero creo que todo iba en serio por parte de máxine.
— ang~ — el omega soltó un gemido leve ante los toques del pelinaranja.
— así está bien...? Dimitri..? — pregunta susurrante al oído del Omega, bajo su mano lentamente hasta la entrepierna de Dimitri que seguía escurriendo aquél líquido transparente.
— alfa~ alfa — abrió más las piernas para permitir el acceso del joven. — entra en mi alfa~ — gimió vagamente.
— a la orden mi señor~ — se comenzó a quitar la camisa bajo la mirada del Omega en celo...
Dos semanas antes...
— ya llegamos cachorro!! — dijo el mayor abriendo la gran puerta de la mansión — maxine les guiará a sus habitaciones, yo tengo que hacerme cargo de unas cuantas cosas, Alexander no deja de joderme la existencia..aún retirado..— le dió un beso en la frente al Omega y se retiro refunfuñando.
— bueno~ síganme, yo los guío jeje~ — el alfa de la habitación los tomo a ambos de los hombros, aún que su mano derecha se poso en la cadera de Dimitri.
Dimitri se puso algo incómodo ante los toques repentinos en su cadera pero prefirió quedarse callado pues maxine siempre ha sido pegajoso con el.
— bueno....vamos si..? — ágata hablo pues el momento es muy incómodo.
— oh, si, claro, claro vamos...— el pelinaranja los guío hacia la parte superior de la mansión, dónde había un pasillo largo lleno de habitaciónes.
