1 | Chicago

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1920, Chicago, Illinois

— Stefan, no creo que debemos venir a este lugar

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— Stefan, no creo que debemos venir a este lugar. Vamos a buscar a Lexi y terminemos con esto.— me quejé mientras bajábamos del carruaje

— Deja de ser aburrida, Addie. Los 20s son para pasarla increíble, no para estar aburridos. Disfruta del jazz y el alcohol.— alardeó y bufeo

— No puedo disfrutar nada si en cualquier lugar que estamos, te comes a la gente.— abrió la puerta

— Vamos, Addie. Diviértete.— me tomó de los hombros y me metió al bar

De simple vista era hermoso. El jazz resonaba hasta casi dejarte solo. La gente bailaba hasta casi desmayarse y el alcohol ni se diga. Parecía que todos se la pasaban increíble.

— Pero que ven mis ojos, señoritas. ¿Busca divertirse, señor Salvatore?— lo saludó la cantante

— Baila conmigo, Gloria.— bajamos y cuando Stefan está por servirse una bebida, una mujer se la gana antes — Oye, por favor, sírvete.

— Siempre lo hago.— respondió petulante la rubia

Era muy atractiva y tenía un porte elegante.

— Cuidado, señor Salvatore.— se le acercó de una forma coqueta  — Aún tiene a su cita. Es adorable.— me vio de reojo e hice gesto de disgusto

— Me voy...— tomé un cóctel de una de las charolas

Me movía por el lugar tratando de alejarme de mi hermano y sus próximas víctimas. Aveces siento que debería solo dejarlo e irme lejos. Que el asesino que tengo a un lado, no es mi familia. Pero no puedo.

Stefan es mi hermano y siempre hemos estado juntos. Damon se fue hace mucho tiempo por lo de Katherine. Nos hemos visto de vez en cuando, pero no tan seguido. Ambos se convirtieron en personas duras y depredadoras. Aveces pienso que ya no son mis hermanos.

Al ir querer esquivar a un grupo de personas, termino chocando con alguien tirándole el trago encima.

— Lo siento, lo siento mucho.— expresé arrepentida mientras intentaba secarle la ropa — Yo, yo le pago su atuendo.— el tomo mis manos pasando electricidad por mi cuerpo

— Tranquila, amor.— alcé la mirada — Cualquiera comete un error. Esta bien.— me quedé sin aliento al ver lo apuesto que era

Sus ojos azules brillaban de una manera impresionante. Su atuendo elegante y esa sonrisa en el rostro me tenían cautivada.

— Me siento muy apenada. Hoy no es mi día.— sonríe mientras me ve fijamente

DESTINY | K.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora