Capítulo 3: Brisa marina

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[El nacimiento de un héroe, Línea temporal N°850.] [Ubicación: ¿?]

Era casi el atardecer, las olas del mar rompían contra la costa; la brisa del mar movía suavemente una cabellera rojiza que se encontraba en un balcón mirando el horizonte hasta que...

- "¡Joven maestro Cale!"

Un hombre de cabello naranja había irrumpido en la habitación, parecía alterado; Cale volvió su mirada a el joven que en algún momento era su mayordomo.

- "¿Hans? Te ordene irte."

- "¡No podía dejarlo! ¿Qué sería de usted sin mí?"

- "Hans, puedo hacer las cosas por mí mismo..."

Se sintió el silencio otra vez, se podía ver la mirada ofendida del pelirrojo hacia su ex-mayordomo; él cual parecía determinado a quedarse a su lado, era alguien realmente leal, pero...

¿Cómo se había vuelta tan leal a este joven que hasta su propia familia consideraba una basura?

Bueno esa es historia para otro momento...

- "Sin ofender, pero ambos sabemos que no es cierto, Joven maestro..."

- "Ya ni siquiera pertenezco a la familia Henituse, no puedes servirme."

- "Técnicamente usted es la cabeza de la familia Thames ahora...así que..."

- "No me lo recuerdes..."

- "Además necesita alguien que lo acompañe a el castillo y sí, soy consciente que las apariencias no son relevantes para usted pe-"

El pelirrojo alzo la mano indicando que se callara, tenía el ceño fruncido; era muy difícil ir en contra de los deseos de alguien tan terco y al mismo tiempo leal como Hans...

- "Esta bien, te quedaras conmigo...pero no podrás volver a el condado Henituse, espero seas consciente de ello."

- "Sí, lo entiendo Joven maestro Cale."

El más joven suspiro mientras su mirada se suavizaba, era extraño que alguien se preocupara verdaderamente por él, ni siquiera su propia familia lo había visitado después de que ese chico extraño lo golpeara; aunque puede que sus hermanos no pudieran acercarse a pedido del conde.

Entonces se escuchó que alguien tocaba la puerta, Hans se acercó a abrir, encontrándose con una chica de cabello verdosos, Amiru Ubarr, ella y Cale se conoces desde que son niños que luego dejaron de hablar por como Cale se empezó a comportar a sus 10 años...o al menos así fue de cara al público pues ambos se seguían comunicando por cartas secretas, lo mismo era con Eric Wheelsman y Gilbert Chetter, y aunque Cale no explicó sus acciones ninguno lo cuestionó, bueno hasta que eso lo llevo a terminar como una manzana aplastada.

- "Oh Señorita Ubarr, adelante."

Dijo el mayordomo moviéndose a un lado de la puerta para que ella entrara, ella le sonrió a Hans, pero cuando vio a Cale...

- "Por los dioses, ¿estas bien? ¡Ya ha llegado hasta mi territorio la noticia de que te secuestraron!"

Los ojos del pelirrojo se abrieron por la sorpresa, ¿Cómo llegaron a esa conclusión?

Cale estaba seguro que ese chico extraño lo había visto mientras estaba en el árbol... ¿Tal vez el conde no creyó en lo que decía? O simplemente estaba en negación, después de todo esa explicación del secuestro no tenía ningún sentido pues... ¿Quién querría secuestrar a una basura como él sin pedir ningún rescate?

- "¡Cale, sea lo que sea que estes pensando! ¡Para!"

La de cabello verde lo tenía sujetado de los hombros, sacudiéndolo para que recuperara los sentidos. Cale parpadeo un par de veces mientras se aclaraba la garganta.

- "No, no es nada unna...Creo que debería irme, no quiero causar problemas en tu territorio."

Ella frunció el ceño mientras suspiraba, parecía apunto de agarrar al joven y agitarlo para que deje de pensar cosas sin sentido, entonces sus ojos se iluminaron, al parecer recordó la principal razón por la que había venido a la habitación en primer lugar.

- "No, no es necesario, solo usa una capa con una capucha, te aseguro que la gente está ciega, además muy pocos han escuchado tu voz."

Cale miro a la chica, suspiro mientras asentía.

- "Realmente no quieres que me vaya verdad?"

- "Tengo que asegurarme que estes completamente curado..."

Hubo un silencio, Cale se volvió a perder en sus pensamientos...

¿Sería un buen momento de contarle a su unna?

¿Estaba seguro de confiar lo suficiente en ella para decirlo?

Sabía que la respuesta para ambas pregustas era afirmativa.

- "Unna...hay algo que puede que tus magos hayan notado..."

- "Bueno me dijeron que cuando pasaste cerca de ellos se empezaron a sentir inexplicablemente débiles y que eso solo era posible si tuvieras alguna conexión directa con la iglesia del descaso eterno...no creo que hayas hecho un trato con su dios... ¿verdad?

El más joven se rasco la nuca, le indico a la muchacha que se sentara. La muchacha lo miro dubitativa, entonces...lo entendió, pero espero que él se lo diga, esperaba estar equivocada.

.

.

.

- "¿¡LE VENDISTE EL CULO AL DIOS DEL DESCANSO ETERNO!?"

- "¡Pero no lo digas de esa forma!"

La mujer está sujetando al menor por el cuello de la camisa y agitándolo, como si eso ayudara a que él entrara en razón, era muy peligroso tener conexión con cualquier dios.

- "¡Que otra cosa más puedo decir!"

- "Solo soy su santo, no seas tan exagerada..."

Murmuro suavemente sintiendo como la mirada de la peliverde se volvía más fría, como si tratara de leerlo, como si tratara de entender porque lo hizo...luego su mirada se empezó a suavizar.

- "No entiendo por qué lo hiciste...siempre eliges sin pensar cómo te podría afectar..."

Cale miro hacia otro lado evitando la confrontación directa de la chica, ella suspiro frotándose en entrecejo.

- "¿Qué clase de poder tienes ahora?"

- "Aparte de los que tienen todos los santos...el dios del descanso eterno dijo que tenía acceso al voto de muerte, muy probablemente al contacto con los espíritus, decadencia acelerada...en su mayoría dones relacionados con la muerte."

La muchacha asintió, aun curiosa por lo que significaba tener estos poderes.

- "Oh claro...y que él se pueda comunicar conmigo en cualquier momento."

- "¿Habla directa con un dios?"

- "No he dormido desde que acepte ser su santo."

- "¿Estás bromeando?"

- "Solo dormí porque me hicieron mierda el cuerpo."

Otro silencio, ella tosió falsamente para luego sonreír para tratar de cambiar el ambiente.

- "¡Que tal un poco de vino!"

Los ojos del pelirrojo se iluminaron, "como un pequeño conejito" Pensó la peliverde...

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Hola mis lectores!
Aqui volvemos desde los muertos!

Nos vemos en proximo año ;D

Karma rojo de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora