9

6 3 0
                                    








Han transcurrido cinco meses desde que Gogō Basuto se infiltró en la U.A., ocultando su verdadera identidad como Katsuki Bakugou. Durante este tiempo, su relación con Izuku Midoriya ha pasado por altibajos, marcados por la complicada danza de secretos y emociones no expresadas. Mientras tanto, Izuku comienza a notar ciertos indicios en el comportamiento de Gogō, aunque los interpreta erróneamente como simples malentendidos.

El sol se escondía tras el horizonte, sumiendo el campus de la U.A. en la penumbra de la noche. Gogō se encontraba en su habitación, preparándose para una nueva incursión en el mundo de los secretos y las intrigas. Con cuidado, se enfundó su traje de villano y se aseguró de que su equipo estuviera en perfecto estado. Con una última mirada al espejo para asegurarse de que su disfraz fuera impecable, salió de su habitación con determinación.

Su misión era simple pero peligrosa: infiltrarse en las instalaciones de la U.A. y recopilar información nueva y valiosa sobre los héroes en entrenamiento. Con sigilo, Gogō se deslizó por los pasillos oscuros, evitando ser detectado por los sistemas de seguridad. Se movía con la gracia de un depredador acechando a su presa, cada movimiento calculado para evitar ser descubierto.

Finalmente, llegó al lugar designado, una sala de archivos que contenía información confidencial sobre los estudiantes y sus habilidades. Con habilidad experta, Gogō desactivó las alarmas y desbloqueó la puerta, adentrándose en el santuario de secretos. Los archivos estaban cuidadosamente guardados en estanterías, esperando ser descubiertos por ojos indiscretos.

Durante horas, Gogō examinó cada documento con atención meticulosa, registrando mentalmente cada detalle relevante. Su mente era un almacén de información, almacenando cada dato para su posterior análisis. Sin embargo, en medio de su tarea, una sombra de inquietud se apoderó de él, como si sintiera los ojos curiosos de alguien observándolo en la oscuridad.

De regreso al campus de los dormitorios de la U.A., Gogō se encontró con Izuku, quien lo esperaba en las sombras de la noche. La sorpresa paralizó momentáneamente a Gogō, quien no esperaba encontrarse con su amigo en un momento tan inoportuno.

—¡Hola, Gogō! ¿Qué te trae por aquí? —saludó Izuku con una sonrisa, sin percatarse del tumulto de emociones que agitaba el interior de su amigo.

Gogō devolvió la sonrisa, aunque su mente estaba en otra parte. Decidió unirse a Izuku en su paseo, aprovechando la oportunidad para compartir un momento de tranquilidad juntos. Aunque sus pensamientos estaban ocupados por los secretos que guardaba, Gogō se esforzó por mantener una fachada de normalidad.

—Solo necesitaba tomar un respiro del ajetreo de la vida en la U.A. —respondió Gogō—. ¿Te importaría si me uno a ti?

—¡Por supuesto que no! Será agradable tener compañía —respondió Izuku con entusiasmo, ajeno a las tormentas que se agitaban en el corazón de su amigo.

Decidieron pasear juntos, aprovechando la tranquilidad de la noche para hablar de cualquier tema que se les ocurriera. Durante horas, compartieron pensamientos y sueños, sumergiéndose en conversaciones que abarcaban desde lo trivial hasta lo profundo. Sin embargo, en medio de su camaradería, un oscuro secreto seguía acechando en las sombras.

[...]

A medida que avanzaban por los jardines de la U.A., Izuku notó un destello de movimiento en el rabillo de su ojo. Se detuvo por un instante, observando con curiosidad mientras Gogō se deslizaba por los pasillos oscuros desde su habitación. Una sensación de intriga lo invadió, como si estuviera presenciando algo que no debería.

Sin embargo, en lugar de abordar el tema con Gogō, Izuku decidió guardar silencio. Pensó que tal vez estaba imaginando cosas, que su mente estaba jugándole una mala pasada en medio de la oscuridad de la noche. Después de todo, ¿por qué su amigo estaría actuando de manera tan sospechosa?

Con un suspiro resignado, Izuku decidió dejar atrás sus preocupaciones y continuar su paseo con Gogō. Aunque una pequeña semilla de duda había sido sembrada en su mente, decidió ignorarla por el bien de su amistad.

Mientras continuaban su paseo, la sombra de la mentira se cernía sobre ellos, amenazando con destruir la frágil amistad que habían construido. Aunque Gogō intentaba ocultar su culpa, sabía que cada paso que daba en falso lo acercaba más al abismo de la traición. Y mientras tanto, Izuku luchaba por reconciliar sus sospechas con su deseo de confiar en su amigo, sin saber que el peligro se escondía justo debajo de la superficie de su relación.

[...]

En uno de los raros días de descanso, Gogō Basuto se enfrenta a una decisión crucial. La acumulación de información confidencial obtenida durante meses de infiltración en la U.A. debe ser resguardada en un lugar seguro, fuera del alcance de cualquier mirada indiscreta. Con determinación, se dirige hacia su guarida, un refugio oculto donde guarda los secretos de su doble vida.

Al llegar a su escondite secreto, Gogō se sumerge en una atmósfera de silencio y oscuridad. El aire está impregnado con el olor del polvo y la humedad, un recordatorio constante de la clandestinidad de su misión. Con movimientos precisos y calculados, comienza a organizar la información recopilada, clasificándola y archivándola meticulosamente en carpetas codificadas.

Cada documento es tratado con el cuidado y la atención que merece, como si contuviera los secretos más oscuros del universo. Gogō sabe que esta información es valiosa, tanto para sus superiores como para sus enemigos, y está decidido a protegerla a toda costa. Después de horas de trabajo arduo, finalmente coloca las carpetas en una caja fuerte oculta detrás de una trampilla en el suelo, asegurándose de que estén fuera del alcance de cualquier intruso.

Con un suspiro de alivio, Gogō cierra la trampilla y se levanta para abandonar su guarida secreta. Aunque la tarea ha sido agotadora, sabe que es necesario para mantener su tapadera intacta y proteger a aquellos que son importantes para él. Con determinación en su corazón, se dirige hacia la U.A., listo para enfrentar los desafíos que le esperan.

Al salir de su escondite, Gogō se encuentra con Izuku Midoriya, quien lo espera en las afueras del campus. La sonrisa de su amigo lo reconforta, recordándole que hay cosas más importantes que la información y los secretos. Juntos, deciden aprovechar el día de descanso para pasear y relajarse, dejando atrás las preocupaciones y los problemas del mundo exterior.

Durante horas, conversan sobre temas triviales y profundos, sumergiéndose en la compañía del otro. Sin embargo, en medio de su camaradería, Izuku no puede evitar recordar un encuentro anterior con Gogō, uno que lo dejó con una sensación de intriga y sospecha.

—Oye, Gogō, hay algo que quería preguntarte —dice Izuku, con una nota de vacilación en su voz—. ¿Recuerdas aquel día que te vi salir de tu habitación en dirección a las oficinas de la U.A.?

El corazón de Gogō se detiene por un momento, recordando el riesgo que corrió al robar información esa noche. Sin embargo, sabe que no puede revelar la verdad a Izuku, no sin poner en peligro su tapadera y su misión.

—Sí, lo recuerdo —responde Gogō, tratando de mantener la calma—. ¿Hay algo mal?

Izuku frunce el ceño, luchando por encontrar las palabras adecuadas.

—No, no exactamente. Solo me sorprendió verte ir en esa dirección, eso es todo. Pensé que tal vez tenías algo importante que hacer.

Gogō se esfuerza por ocultar su nerviosismo, sabiendo que cada palabra que dice lo acerca más al abismo de la traición. Sin embargo, decide optar por una respuesta vaga, esperando que sea suficiente para calmar las sospechas de su amigo.

—Ah, entiendo. Sí, tenía algunos asuntos que resolver en la U.A. Nada importante, solo cosas de la escuela.

Izuku asiente, aunque la duda sigue presente en su mente.

—Entiendo. Bueno, gracias por aclararlo. No quería pensar que había algo mal.

Gogō sonríe, aunque su corazón está lleno de pesar. Sabe que cada día que pasa, se aleja más de la verdad y de la posibilidad de una vida sin mentiras. Sin embargo, por el bien de su misión y de aquello que ama, está dispuesto a hacer cualquier sacrificio necesario.

A tu lado - katsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora