12

7 3 1
                                    





El día siguiente a la revelación en la enfermería fue un torbellino de emociones para Izuku Midoriya. La identidad secreta de Gogō Basuto, su reencuentro inesperado con Katsuki Bakugou, y la cascada de recuerdos y sentimientos que desbordaban su mente le hicieron imposible concentrarse en sus clases y entrenamiento. Mientras trataba de actuar con normalidad, su mente no dejaba de girar en torno a la increíble revelación. Necesitaba respuestas, pero también necesitaba tiempo para procesar lo que había descubierto. Así, durante el día, decidió evitar a Gogō, temiendo que un encuentro prematuro lo desbordara emocionalmente.

Desde la mañana, Izuku se movió con cuidado, eludiendo cualquier posible encuentro con Gogō. Durante las clases, se aseguró de sentarse en la esquina opuesta del aula, usando a Iida y Uraraka como escudos inadvertidos. En los pasillos, se sumergía en conversaciones con otros compañeros, utilizando cualquier excusa para mantener la distancia. A pesar de sus esfuerzos por mantener la compostura, no pudo evitar lanzarle miradas furtivas a Gogō, tratando de leer sus expresiones, sus gestos, buscando alguna señal de que también él estaba siendo afectado por lo sucedido.

Gogō, por su parte, parecía tan imperturbable como siempre, aunque sus movimientos eran más lentos, una consecuencia de la fiebre del día anterior. Sin embargo, Izuku no podía evitar notar que, en algunos momentos, la mirada de Gogō se dirigía hacia él con una mezcla de curiosidad y preocupación. Estaba claro que ambos estaban luchando con la carga de su encuentro en la enfermería, aunque cada uno lo procesaba de manera diferente.

Durante el almuerzo, Izuku se apartó del bullicio del comedor y se dirigió al techo del edificio escolar, un lugar que siempre había encontrado tranquilizador. Allí, se sentó en silencio, observando la extensión del campus bajo él mientras su mente continuaba repitiendo la escena del día anterior. Los ojos rojos de Bakugou, la mezcla de sorpresa y resignación en su expresión, y la palabra que había surgido de sus labios: "Midoriya" en un intento por seguir con su fachada.

¿Por qué Katsuki había adoptado una nueva identidad? ¿Qué había sucedido en su vida para llevarlo a infiltrarse en la U.A. con un nombre y una apariencia falsos? Izuku necesitaba saberlo, pero sabía que debía acercarse a la conversación con claridad y sin dejarse llevar por las emociones. A lo largo del día, fue organizando sus pensamientos, preparando las preguntas que quería hacer, y armándose de valor para enfrentar a su amigo de infancia.

Esa noche, la atmósfera en los dormitorios de la U.A. estaba tranquila. Los estudiantes estaban ocupados con sus tareas, estudios, o simplemente relajándose después de un día largo. Izuku se tomó su tiempo para prepararse, esperando hasta que la mayoría de los estudiantes se retiraran a sus habitaciones. Sabía que la conversación que estaba a punto de tener con Gogō debía llevarse a cabo en privado, sin interrupciones ni espectadores.

Finalmente, cuando la hora se acercó a la medianoche, Izuku se dirigió hacia la habitación de Gogō. Su corazón latía con fuerza en su pecho, una mezcla de ansiedad y determinación llenando cada uno de sus pasos. Frente a la puerta de la habitación, tomó una profunda respiración, tratando de calmar los nervios que amenazaban con desbordarlo.

Golpeó suavemente la puerta, esperando que Gogō aún estuviera despierto. Unos momentos después, la puerta se abrió, revelando a Gogō, quien lo miró con una expresión de cautela. Izuku podía ver que, aunque Gogō había intentado mantener su apariencia habitual, había un cansancio en sus ojos, una sombra de la fiebre que había soportado.

—Midoriya —dijo Gogō, su voz baja y controlada—. ¿Qué haces aquí tan tarde?

Izuku tragó saliva, tratando de mantener su voz firme.

—Necesitamos hablar, Gogō... o debería decir, Kacchan —respondió, mirando directamente a los ojos de su amigo.

Gogō se quedó en silencio por un momento, sus ojos mostrando una chispa de reconocimiento y resignación. Finalmente, asintió y abrió la puerta por completo, permitiendo que Izuku entrara en la habitación.

A tu lado - katsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora