Apuesto todo al azul

Un video viral

Se había viralizado.
Ese fragmento no debería haber visto nunca la luz pero ahí estaba. Ahí estaba y lo peor: no podía ni quería dejar de verlo.

Llevaban meses de un lado al otro, un lugar y otro más, días y días viéndose, casi conviviendo. Después de compartir tantos años de 'corten', tantas confidencias y vivencias.. algo había cambiado en el ambiente.. ¿no? En realidad evitaba constantemente responder a esa pregunta porque solo había dos opciones:
A. Sí, las cosas habían cambiado entre ellos dando paso a... ¿a qué?
B. Sus sentimientos hacia él sí estaban en la etapa de florecer y florecían.. mucho y muy rápido.

Se ahogaba en sus pensamientos cuando reposaba la idea de que sí, sentía algo por Luke y claro que era su mejor amigo, por supuesto que lo dicho en aquella entrevista era totalmente cierto: la relación entre ellos era especial y única. Jamás había tenido la complicidad que tenía con él, ni jamás había cuidado tanto a alguien como a él. Igualmente, lo peor no era esa parte, no. Lo peor era que nadie jamás la había querido, protegido, atendido, mimado y cuidado tanto como lo hacia él. Nadie. Jamás. Y en un mundo como el nuestro donde las apariencias, el ego y la competitividad están en el top 3, tener a Luke cerca era y es una completa y autentica bendición.

Resopló mientras volvía a reproducir esos segundos de clip donde se veía a ella tocar su pelo y él.. madre mía, él casi temblaba cuando ella le rozaba, cerraba los ojos y sonreía. Casi le podía escuchar suspirar.

Sonrió sin poder evitarlo.
¿Lo habría visto él? ¿Le habría dicho algo de ser así?

Y volvió a darle play.
La manera en la que él buscaba su tacto...

Apoyó el móvil a un lado de la mesa decidida a dejarlo estar. Decidida a no volver a pensar jamás en la idea de tener a Luke siempre a su lado.. A su lado de la cama porque su amistad siempre la tendría. Confiaba plenamente en ellos.

De nuevo, otra pregunta surgió en su mente: ¿Cuáles eran los sentimientos de Luke? ¿Sentiría algo por ella? Sabía que era buen actor y se alegraba de ello pero en esta situación ojalá no estuviera interpretando nada. No había guion, no había un director, no había nada salvo cámaras. Cámaras y el principio de una historia.

- Una ducha me vendrá bien - dijo al aire. Le gustaba hablar en alto, expresarse aunque nadie estuviera allí para decirle algo. Le despejaba la mente y se sentía mejor una vez dicho todo. - Igual eso es lo que debería hacer con Luke, ser sincera - negó con la cabeza varias veces - ni hablar. Basta.

Podía superar casi cualquier cosa, era una mujer fuerte y a lo largo de sus años claro que había roto (no se sentía orgullosa de ello) y le habían roto el corazoncito varias veces. Se había recuperado con éxito pero no estaba segura de lo que sucedería en esta ocasión, no podía imaginarse su vida sin él y no quería bajo ningún concepto que se barajara esa posibilidad.

- La ducha - se dijo de nuevo.

Media hora mas tarde se encontraba mucho mejor. Lista para todo.
Se había dejado el pelo suelto, quitado el maquillaje, puesto un vestido simple y precioso azul que resultaban sus ojos y unas zapatillas cómodas. Nada de tacón, sus pies necesitaban un gran respiro.

Toc, toc
Silencio
Toc, toc

Era él. Reconocía hasta la música que hacían sus nudillos al llamar. En realidad, lo reconocía todo de él incluso a estas alturas, su boca.

Vale sí, se suponía que nada de eso había sido real.

Basta.

- ¿Nic? - se escuchó detrás de la puerta.

Mierda.

- Perdona Luke, ¿Qué tal?
- ¿Vienes abajo? Tomemos algo - No lo había pensado pero una cerveza bien fría le sentaría bien.
- Vamos - respondió cogiendo llave y móvil, y después, cerró.

Una de las muchas partes buenas de Luke es que siempre intentaba hacerte sentir bien y en esas estaba: me contaba que pronto empezaría a leer un nuevo libro, que había hablado con su familia, que nunca había estado en un hotel tal luminoso, que se sentía mejor en cada entrevista a pesar de su TDAH y su dislexia.. Nos contamos un sin fin de anécdotas y entre nosotros, siempre había un poco de vulnerabilidad.

- Te conozco - dijo Luke a mitad de una frase.
- Lo sé - contesté inmediatamente. ¿A qué venia eso?
- No, espera, te conozco y se que te pasa algo, Nic - noté como el calor que las cervezas habían establecido en mis mejillas bajó hasta el corazón.

No iba a mentirle. No a Luke.