En la fiesta no duró demasiado.
A la mañana siguiente tenía lectura de guion, una nueva aventura se alzaba ante ella: The Magic Faraway Tree; estaba impaciente, ansiosa y con muchísimas ganas de dar vida a la hada Era. Además, para ser totalmente honesta con ella misma, no estaba disfrutando allí. No estaba cómoda a pesar de estar rodeada de gente a la que quería y admiraba con el corazón, pero estar ¿desilusionada? Sí, desilusionada con lo que había sucedido con Luke no estaba en sus planes y no ayudaba, se le estrujaban todas las mariposas y solo quería estar tranquila, en su casa tras una larga ducha, relajada, sin nadie colándose por cada poro de su piel ni en su mente, y verle allí con otra mujer a su lado no era su gran motivación aquella noche.
Quedarse allí parada no era una opción.
Desde luego que no.
Había notado su mirada clavada varias veces durante la noche y habría querido responderle con una sonrisa pero hoy no, no podía hacerlo cuando no lo sentía y se negaba a rechazar sus propias emociones. Aceptaría cualquier decisión que él tomara, por supuesto que sí, pero se negaba a fallarse a sí misma y aceptaría cualquier consecuencia al respecto. Le quería muchísimo, era su amigo, casi el mejor y no iba a perderle, pero debía entender que en ese momento necesitaba tiempo. Tiempo para pensar, para encontrarse y para saber llevar la situación como la mujer madura que era.
Se despidió de todos los que la rodeaban manifestando el compromiso que le esperaba al día siguiente y lo mucho que necesitaba dormir. En cierto modo, era verdad aunque no al completo.
Se lo perdonarían.
Estaba poniéndose el abrigo que justo había recogido del guardarropas cuando una voz la interceptó:
- ¿Te vas?
Un escalofrío recorrió su cuerpo desde el estómago a la nuca.
Se giró lentamente para mirarle. Sus ojos brillaban, no sabía si era por cansancio o por el alcohol que igual habría ingerido durante la noche. Se decantaba por una mezcla de ambas, más cansancio que alcohol pero el matiz estaba. Sin duda.
En ningún caso pensó que la mirada de él estaba brillando porque tras pensarlo durante toda la noche por fin se había decidido a acercarse. Llevaba desde que la había visto entrar a la fiesta añorando su perfume y le mataba no poder estar a su lado. Él se lo había buscado, era así y una de las consecuencias había llegado y estaba frente a él.
- ¿Qué tal, Luke? Sí, ya me voy. Mañana trabajo temprano - respondió ella mirando un botón de su abrigo que se suponía estaba mal colocado.
Mentira.
- ¿Qué tienes? No me has dicho nada - hizo hincapié en esta última frase. Siempre le contaba todo, le gustaba escucharla minutos, horas o el tiempo que fuera necesario.
- No he visto el momento - dijo mientras se encogía de hombros - Tengo la primera lectura de guion de The Magic Faraway Tree.
- Oh, vaya, eso es genial. Seguro que va bien - ¿por qué no sabía que decir? Le sudaban las manos.
Joder, era Nic.
Su Nic.
- Sí, no lo dudo.. - miró hacia la puerta.
Ya sabía lo que iba a suceder y no quería, no quería dejarla ir. Todavía no.
- Bueno, eh.. Esto.. Creo que va siendo hora de ir a casa - No. No. No - Adiós, Luke - ¿Era una despedida? ¿Una real? No.
Se estaba yendo.
Alcanzó su muñeca antes de que la distancia lo impidiera.
- Espera, Nic - acarició con su pulgar el punto en el que el pulso de ella se aceleraba. Sus ojos se encontraron y ella los bajó hacia el agarre que los mantenía unidos. No iba a soltarla. No aún. Solo un poco más.
- Luke.. - cerró los ojos y suspiró - No lo pongas más difícil, ¿vale? Solo.. - Volvió a suspirar - Necesito tiempo para pensar.
Quería darle ese espacio pero su cuerpo no reaccionaba como debería, tal vez porque en cierta parte no quería. ¿Los estarían viendo? ¿Estaba siendo tan mala persona como para que no le importara?
- Nic.. por favor - Suspiró también y las palabras no lograban salir - Solo.. No te olvides de la promesa que te hice - Sus ojos se encontraron. Magia. - Por favor.
- Luke... ¿Qué promesa? - Dolió.
Sus palabras se le clavaron en lo más profundo del alma y sus dedos se fueron suavizando, arrastrando las yemas hasta la punta de sus dedos. Finalmente se separó y cuando pudo levantar la mirada del suelo, ella ya no estaba allí.
Se sintió solo. Se hundía en aquella soledad.
Se había marchado llevándose un trozo de su alegría. Una porción de su felicidad. Casi diría que se había llevado su mejor versión porque cuando estaba con ella todo a su alrededor se iluminaba. Ella era luz y cuando le miraba, volaba. Le contagiaba su entusiasmo, su vibra, su humor, su risa. Cuando estaba cerca sacaba su verdadero yo.
Le encantaba.
Su tacto, su calidez, su sonrisa, su valentía, su cuerpo.
Todo.
Le gustaba todo de ella y se sentía en ruinas por dentro.
Estaba decidido a luchar por ellos, más allá de los impedimentos que ahora estaban en el camino y los que surgirían a lo largo de él. No sería fácil pero, ¿Qué lo era a estas alturas?
Lo único que importaba y que inundaba su mente era la idea de tenerla. Solo esperaba que realmente nunca olvidara lo que hace solo unas noches le había prometido porque él jamás podría hacerlo.
No olvidaría por ninguno de ellos.
"- Tendremos nuestra oportunidad - susurró Luke en voz muy bajita. Habría jurado que fue un pensamiento que se le escapó entre los labios.
- Luke.. - mantuvo el tono que él había utilizado aunque no sonó igual, era un reproche: no quería ilusionarse. Se negaba a albergar una esperanza.
- Te lo prometo - y entonces sus miradas conectaron. "
Lo prometía. Esa noche y todas las demás.
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Apuesto todo al azul
Fiksi PenggemarNicola y Luke. Luke y Nicola. Es todo tan confuso. El destino tan caprichoso. ¿Cuándo te das cuenta que estas enamorado? Y.. ¿Cómo aceptas haberlo hecho de tu mejor amigo? ¿Y de tu mejor amiga?