IV

225 21 1
                                    

¿Por qué la gente vive si no está dispuesta a morir?

La muerte puede ser cruel, pero también justa y hermosa. Una tranquilidad misteriosa que nadie podrá responder jamás.

La gente le tiene miedo a lo desconocido y su imaginación es la peor tortura que puede haber.

Al menos eso pienso yo...

Querer morir no es lo mismo que intentar morir.

Querer es el deseo de hacer una cosa, y el intentar es tomar las medidas necesarias, realizar el esfuerzo imprescindible de prepararse para algo.

Desear y preparar, dos palabras que marcan la diferencia.


+++


Mis muñecas están llenas de marcas que me he provocado a mí mismo. Son la prueba de las veces que he deseado acabar con todo; sin embargo, aún estoy vivo.

Las heridas y cicatrices están envueltas con vendas, manteniéndolas ocultas para no sentir asco y desprecio al verlas, aunque no siempre puedo huir de ellas. Las observo cuando me baño o cuando es necesario cambiar el vendaje.

Las marcas grandes y pequeñas recorren todo mi cuerpo, están en mis brazos, espalda, pecho y piernas.

Es imposible librarte de aquel castigo...

Me pregunto si me veré tan lamentable mientras espero que la muerte llegue a mí cuando en mis muñecas recorre un líquido carmesí.

Chuuya se ve desesperado cuando pasa eso, suele decir bastantes insultos mientras ejerce presión en mis heridas. Su mirada es tan expresiva que se puede notar su enojo y tristeza.

¿Por qué sé apena por mí?

El toque de sus dedos es suave y delicado, una sensación cosquilleante que recorre todo mi ser. Entonces recuerdo todas las cicatrices plasmadas en mi piel e intento apartar a aquel hombre de mi lado.

Toma mi rostro con sus grandes manos y menciona que todo estará bien, aunque no sea eso lo que me preocupa. Aun así, él es un caballero y solo desenrolla mis vendas hasta el final de mis heridas, las limpia y cose con cuidado.

Al final de todo se queda a mi costado y, si lo pido, me rodea con sus brazos tan protectoramente que puedo escuchar los latidos descontrolados en su pecho, haciendo que aquella acción se sienta tan íntima.

Justo como un abrazo pasional.

Como si dos amantes se dieran cuenta de que encontraron a la persona indicada en su vida, la pieza faltante de sí mismos, sintiéndose amados y fervientes, reaccionando a que aquella emoción se convirtió en un sentimiento constante, progresivo y largo.

Realmente es el abrazo que más me ha gustado hasta ahora...

Abrazo (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora