Abrazo (Soukoku)

V

Cuando uno es niño, desea ser mayor para poder hacer las cosas que los adultos tienen permitido, sin darse cuenta de que están viviendo la mejor etapa de su vida, sin preocupaciones, sin presión, donde puedes desear ser lo que sea.

A mis 22 años he experimentado las sensaciones físicas que de joven tanto me preguntaba: los besos, caricias, apodos, tomadas de mano o incluso relaciones carnales. Todas aquellas acciones resultaron ser más simples de lo que pensaba.

Sin algún sentimiento profundo, solo algo vacío y consensuado. No es algo mágico y sorprendente como muchas personas decían o quizá solamente no encontré a la persona indicada con quien hacerlas.

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Las manos de un hombre acunaban la gran mayoría de mi cuerpo, con delicadeza, cariño y tranquilidad, justamente como hace años.

Intento apartarme un poco de su lado, pero en respuesta el agarre de aquel abrazo se vuelve más fuerte. Por lo tanto, solamente volteo a ver a la persona frente a mí, sus ojos azules están cerrados y su cabello pelirrojo está desordenado y esponjado. Su espalda ancha está descubierta, dejando ver pequeñas pecas en sus hombros claros.

Un hombre hermoso, si me lo preguntan...

Este sujeto al que tanto odio se ha vuelto alguien especial. Quizás es la persona indicada que tanto buscaba o tal vez alguien pasajero en mi vida.

La verdad es que no me importa nada de eso actualmente.

Para Dazai Osamu los abrazos de Chuuya son los más cálidos que ha sentido. Si se sumerge en aquel tacto, sabe que todo estará bien...

¿Me abrazarías de esta forma hasta el día de mi muerte?

Si tu respuesta es afirmativa, entonces puedo entregarme a ti completamente...