—Solo le estaba dando un paseo a Jin Ling. – Respondió Lan JingYi luego de 15 eternos segundos, su voz sonaba tranquila pero con un dejo de diversión. Su primo asintió lentamente, aún no muy convencido, pero no veía pertinente seguir preguntando sobre eso.
—Ya veo. Entonces los dejo seguir con... Su paseo. – SiZhui dijo con una sonrisa leve, ya estaba al tanto del castigo que habían obtenido sus primos por parte de la dirección de la escuela. Probablemente sus tíos llegarían a recogerlos más tarde para tener una charla no tan agradable. Supuso que ya no estaría acompañado durante la tarde en su fría soledad.
Bajo esos pensamientos, suspiró frustrado y con un leve asentimiento de su cabeza hacia los otros jóvenes, se dio la vuelta dispuesto a seguir su camino. El sonido de sus pasos resonaba en el silencio.
Un curioso Jin no había dejado pasar desapercibido el bajo ánimo que tenía el Lan mayor. Le pareció muy extraño que su semblante cambiara tanto de un momento a otro. Instintivamente se apresuró a detener al mayor, rodeando una de las muñecas de este con una de sus manos. Dicha acción logró sacar un jadeo a los dos Lan que se encontraban presente.
Qué arriesgado. – Pensó JingYi, divertido al observar la reacción de su primo. Sin decir algo más, se marchó dejando solos a aquel par. Más tarde se encargaría de interrogar a SiZhui sobre lo que quería Jin Ling y, por supuesto, se quejaría de su hermana.
—...
—...
El silencio seguía instaurado en el ahora incómodo ambiente. Ojos asombrados de un azabache se encontraban con los de un castaño cuya respiración empezaba a ser descontrolada. Ninguno sabía qué decir, pero tampoco eran capaces de realizar algún movimiento.
Solo cuando un trabajador pasó junto a ellos y los miró unos segundos con una ceja alzada fue que entraron en razón. El sonido de los pasos del trabajador se alejaba, rompiendo el silencio.
—Eh... Yo... – Intentó hablar el de la marca bermellón, solo obteniendo una voz ronca saliendo de su boca. Carraspeó un poco antes de continuar, su garganta se sentía seca y áspera. —Lan SiZhui, antes cuando estábamos en la clase... Me ofreciste tu ayuda para... – Solo él sabía la vergüenza que estaba pasando, esperaba que el mayor entendiera.
Claramente no esperaba estar pidiendo ayuda con algo así, pero fue lo primero que se le ocurrió y tras pensarlo unos segundos, concluyó que quizá funcionaría para llevar a cabo su plan correctamente.
—Oh. – Un sonido de entendimiento. —La propuesta sigue en pie, Jin Ling. – Afirmó con una sonrisa, dejando de lado la consternación anterior, pero comenzando a sentir sus mejillas calentarse. ¿A quién se le había ocurrido prender la calefacción del pasillo a plena luz del día? Fue lo que pensó, mientras sentía el calor subir por su cuello.
Otro silencio, también igual de eterno que el anterior, pero ya sin toda esa incomodidad. El sonido de los relojes marcando el tiempo resonaba en el pasillo.
—Bueno... Puede ser mucho pedir, pero si no es mucha molestia, me gustaría obtener tu tutoría. – Dijo Jin Ling, su voz llena de esperanza.
—Puedes contar conmigo. – Sonrió cálidamente el Lan, sus ojos brillaban con amabilidad. Relajó sus hombros aún sin dejar de mirar al chico frente a él.
Reconocía que usarlo para descubrir la verdad no estaba bien, pero vamos, si no lo hacía de esa forma, ¿Cuándo la obtendría?
—En ese caso, ¿Cuándo podríamos empezar? – Trató de no sonar tan emocionado, aunque no le salió tan bien. Su corazón latía rápido con anticipación.
El mayor lo pensó unos segundos, recordó a sus primos y el encuentro que tendrían en la tarde, encuentro que ya no sería posible por el castigo que les habían interpuesto.
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La Complicada Vida De A-Yuan
FanfictionLan SiZhui tenía una vida perfecta: El mejor estudiante de la escuela más prestigiosa de la ciudad, una familia igual de prestigiosa con gran influencia en la industria musical y cinematográfica, unos padres que le demostraban su amor a diario y un...