La Complicada Vida De A-Yuan

Capítulo 4: Dinámica familiar

—Qué basura, no eres más que una de esas escorias. – Escupió aquel hombre lleno de ira, su voz resonaba en la oscuridad.

—Déjalo, no hace falta gastar en él.

—Podríamos sacarle algo de provecho...

—¿De qué nos servirá? Ese estúpido de --- me las pagará.

Las voces de un grupo de hombres resonaban en su cabeza, frente a él, esos imponentes y desagradables rostros le provocaban arcadas mientras se cubría a sí mismo como forma de protección.

El olor a sudor y descomposición llenaba el aire. ¿Cómo había llegado a ese lugar? ¿Por qué ahora estaba con ellos? No veía muy bien lo que había a su alrededor, pero el hedor que emanaba el lugar era suficiente para hacerle saber que no era nada agradable.

—¡Solo tíralo y...! – Tembló ante aquel estruendoso sonido, no comprendiendo lo que pasaba. Lo último que pudo ver fueron luces rojas parpadeantes y un par de jóvenes hombres que se acercaban corriendo hacia él.

—A-Yuan...

Cerró sus ojos.

—¡A-Yuan!

Los abrió, sobresaltado al escuchar el grito. Miró a su alrededor, las muy conocidas paredes celestes y decoración de la habitación fue lo primero que vio. Su pecho subía y bajaba debido a la agitación provocada por aquella pesadilla, una que lamentablemente, tenía el disgusto de tener casi a diario.

—Lan SiZhui, si no bajas ahora a desayunar llegarás tarde. – Escuchó esta vez a su papá llamando tras la puerta. Respondió rápidamente que ya lo haría y se paró de la cama.

El espejo frente a él mostraba un chico sudoroso, con el cabello desarreglado y con unas enormes bolsas negras bajo sus ojos. Era un desastre total, pero con suerte, conseguiría ocultar esa terrible apariencia antes de tener que abandonar la habitación.

Se bañó lo más rápido que pudo, sintiendo el agua caliente relajar sus músculos tensos. Se vistió, peinó su cabello en la característica coleta alta y aplicó una considerable cantidad de crema humectante/rejuvenecedora/aclarante en su rostro. Sonrió cuando la vista de sí mismo era aceptable y salió.

Sus padres ya lo esperaban en el comedor, el mayor de los tres tomando una taza de té mientras leía el periódico y el segundo, escribiendo algo en su celular mientras llevaba un pedazo de waffle a su boca.

—Buenos días, A-Die, A-Niang. – Llamó la atención de sus padres, recibiendo un asentimiento y sonrisa por parte de estos, porque sí, Lan WangJi era capaz de sonreír a simple vista ante la presencia de su esposo e hijo.

—A-Yuan, hoy estaré muy ocupado en el estudio hasta la noche, les diré que preparen algo de comida para cuando llegues. – Dijo WuXian mientras terminaba su desayuno, el sonido de la cuchara contra el plato resonaba en la habitación.

Actualmente dirigía una academia de teatro, uno de los más famosos del país, se encargaba no solo de dirigir la parte administrativa, sino también de la dirección teatral en primera línea. No debían subestimarlo por su personalidad tan alocada, pues cuando se trataba de trabajo, no había quien se permitiera cometer un error en su presencia, no sabiendo que Wei no aceptaba algo más que la perfección.