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C E L O S

Los celos posesivos comenzaron a infiltrarse en cada aspecto de nuestra vida, distorsionando la realidad.

Los celos posesivos comenzaron a infiltrarse en cada aspecto de nuestra vida, distorsionando la realidad

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||POV (____)||

De pronto, vi a Genya acercándose. Sus ojos se agrandaron al vernos, y una expresión de sorpresa cruzó su rostro. Decidí que era el momento de separarme del chico. Con una sonrisa forzada, me disculpé y me alejé.

—Gracias por el baile— dije, tratando de sonar casual mientras me dirigía hacia Genya.

—¿Quién era ese?— preguntó Genya con curiosidad mientras caminábamos juntos.

—Solo un chico de la feria— respondí, tratando de sonar despreocupada.

Sin embargo, mis pensamientos seguían centrados en la figura de Muzan observándome desde lejos. Sabía que tendría que enfrentarme a él más tarde, pues él no lo dejaría pasar. La idea me llenaba de inquietud.

Mientras caminábamos, Genya de repente se detuvo, sus ojos brillando con emoción.

—¡Mira!— dijo, señalando un puesto de postres —¡Quiero probar uno de esos!

La noche estaba en su apogeo en la feria, con luces brillantes que iluminaban el lugar y un suave murmullo de conversaciones y risas que llenaban el aire. Los colores vibrantes de los puestos y las vestimentas festivas de la gente creaban una atmósfera alegre y despreocupada. El olor dulce de los postres y caramelos se mezclaba con el aroma de la comida frita y las especias, envolviendo todo en una mezcla tentadora que hacía agua la boca.

—Voy a probarlos, ya vengo— dijo Genya con una sonrisa entusiasmada, sus ojos brillando con emoción.

—Está bien. Te esperaré en aquella esquina— respondí, señalando un rincón relativamente tranquilo, lejos del bullicio principal.

Me dirigí hacia la esquina que había mencionado, caminando con pasos ligeros pero tratando de mantener una apariencia relajada. A medida que me alejaba de la multitud, el ruido disminuía un poco, permitiéndome respirar más tranquilamente. Llegué al rincón y me recargué contra la pared, sintiendo la textura áspera y fría del ladrillo bajo mis dedos. La brisa nocturna acariciaba mi rostro, llevándose un poco del calor acumulado del día y refrescando el ambiente.

Los minutos pasaban lentamente. Observaba a la gente moverse, reír y disfrutar de la feria, pero mi mente seguía atrapada en los pensamientos de esa mirada intensa que había visto anteriormente. Traté de sacudir la sensación de inquietud, diciéndome a mí misma que estaba exagerando.

De repente, sentí una presencia detrás de mí. Antes de que pudiera reaccionar, una mano firme se cerró alrededor de mi muñeca y me jaló con fuerza. Mi corazón dio un vuelco mientras me encontré acorralada contra la pared de un callejón oscura, enfrentándome a los ojos rojos y penetrantes de Muzan. Su rostro estaba tan cerca del mío que podía sentir su aliento frío contra mi piel.

𝐀𝐃𝐕𝐄𝐍𝐓𝐔𝐑𝐄 | MuzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora