Prologo

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Juliette se balanceaba suavemente en el columpio del parque, mientras observaba el sol ponerse en el horizonte. A su lado, Charles Leclerc, su mejor amigo desde la infancia, la miraba con una sonrisa reconfortante. Ambos se conocieron cuando apenas eran unos niños y desde entonces, su amistad había sido inquebrantable.

Charles, el apasionado piloto de carreras de Fórmula 1, y Juliette, la dedicada estudiante universitaria y heredera de una prestigiosa empresa, formaban un dúo improbable pero perfecto. Se complementaban el uno al otro de una manera que solo los verdaderos amigos pueden hacerlo.

La tragedia había golpeado a Juliette a una edad temprana. Perder a sus padres en un trágico accidente cuando tenía solo diez años la sumió en un mar de dolor y soledad. Sin embargo, la presencia constante de Charles y el apoyo inquebrantable de su familia la ayudaron a superar esos oscuros momentos.

Pero el destino aún tenía pruebas más duras reservadas para ella. A los quince años, perdió a su querido hermano, Jules Bianchi, en otro accidente devastador. Con Jules se llevó consigo una parte de su corazón, dejando a Juliette enfrentándose al mundo sola, con la responsabilidad repentina de manejar la empresa familiar y los bienes raíces que había heredado.

A pesar de la carga abrumadora que llevaba sobre sus hombros, Juliette encontró consuelo en la amistad de Charles. Él era su roca, su confidente, su apoyo constante en los momentos más difíciles. La acompañaba a las carreras, la alentaba en la universidad y siempre estaba allí para ella cuando más lo necesitaba.

En ese tranquilo atardecer en el parque, mientras las sombras se alargaban y el mundo se sumía en la penumbra, Charles y Juliette se sentían más unidos que nunca. Habían pasado por tanto juntos, y su amistad había resistido todas las pruebas que la vida les había lanzado.

- ¿Recuerdas cuando éramos niños y soñábamos con el futuro? -  preguntó Juliette, rompiendo el silencio sereno que los envolvía.

Charles asintió con una sonrisa nostálgica. - Sí, solíamos imaginar todas las aventuras que viviríamos juntos. Nunca imaginé que nuestro camino sería tan accidentado, pero estoy agradecido de tenerte a mi lado en cada paso del camino.

Los dos amigos se quedaron en silencio por un momento, perdidos en sus propios pensamientos. A pesar de las dificultades que habían enfrentado y las pruebas que aún les esperaban, sabían que mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier cosa que la vida les lanzara.

Y así, mientras el sol se deslizaba lentamente detrás del horizonte y la noche caía sobre ellos, Charles y Juliette se aferraron el uno al otro, sabiendo que su vínculo era más fuerte que cualquier adversidad que enfrentaran.

.......

La brisa del mar acariciaba sus rostros mientras Charles y Juliette caminaban por la playa al atardecer. Habían decidido tomar un viaje espontáneo, alejándose del bullicio de la ciudad por unos días para recargar energías y disfrutar del tiempo juntos.

A medida que se adentraban en la playa, la conversación fluía con facilidad entre ellos. Charles compartía anécdotas de sus carreras más emocionantes, mientras Juliette hablaba sobre sus proyectos universitarios y los desafíos de dirigir la empresa familiar.

- Recuerdo cuando fuimos a aquella carrera en Mónaco contigo- , dijo Juliette, con una sonrisa nostálgica -  Fue increíble ver cómo manejabas a toda velocidad por las calles de la ciudad.

Charles rió, recordando aquel emocionante evento - Sí, fue una de mis carreras favoritas. Pero lo mejor de todo fue tener a mi mejor amiga apoyándome desde las gradas.

Juliette asintió con una sonrisa. - Siempre estaré allí para ti, Charles. Eres increíble en lo que haces, y estoy muy orgullosa de ti.

A medida que pasaban los días, algo comenzó a cambiar entre ellos. Las miradas se volvieron más intensas, los roces accidentales se volvieron más frecuentes y las risas compartidas resonaban con un tono diferente, cargado de una complicidad inexplicable.

Una tarde, mientras exploraban un pueblo costero, se encontraron atrapados bajo una repentina tormenta. Corrieron hacia el refugio más cercano, riendo mientras las gotas de lluvia salpicaban sus rostros.

- Eso fue increíble - , exclamó Juliette, con los ojos brillando de emoción.

Charles sonrió, mirándola con una intensidad que hizo latir el corazón de Juliette más rápido. - Sí, definitivamente no esperaba que nuestro viaje tomara este giro.

A medida que la lluvia caía afuera, se encontraron atrapados en un momento de intimidad compartida. Los silencios se volvieron cómodos, las miradas se volvieron más profundas y el aire se llenó de una electricidad palpable.

Después de la tormenta, regresaron a su alojamiento empapados pero llenos de una nueva energía. Mientras se secaban junto al fuego, Charles se acercó a Juliette, mirándola fijamente a los ojos.

- Juliette, ¿recuerdas aquella vez que nos perdimos en el bosque cuando éramos niños? -, preguntó Charles, su tono lleno de nostalgia.

Juliette asintió con una sonrisa, recordando aquel día lleno de aventura y risas. - Sí, fue una locura. Estábamos tan asustados, pero al final logramos encontrar nuestro camino de regreso.

Charles asintió con una sonrisa, sus ojos encontrando los de Juliette en un silencio cargado de emoción. - Ese día, me di cuenta de lo importante que eres para mí. Siempre has estado ahí para mí, en los buenos y malos momentos.

El corazón de Juliette latía con fuerza en su pecho mientras escuchaba las palabras de Charles. Se sintió abrumada por una mezcla de emociones mientras luchaba por contener los sentimientos que había guardado por tanto tiempo.

- Charles, tú también eres increíblemente importante para mí - , respondió Juliette, su voz apenas un susurro. "Has sido mi roca, mi apoyo, mi mejor amigo... y algo más".

El rostro de Charles se iluminó con una sonrisa mientras contemplaba las palabras de Juliette. Pero en lugar de confesar sus propios sentimientos, optó por un gesto más sutil.

- Juliette, no sé qué haría sin ti -, dijo Charles, su voz llena de gratitud y afecto. - Eres la persona más especial que he conocido, y no puedo imaginar mi vida sin ti a mi lado.

Juliette sintió un nudo en la garganta mientras luchaba por contener las lágrimas de emoción. Sabía que Charles tenía mucho más que decir, pero por el momento, sus palabras eran suficientes para llenar su corazón de alegría y anticipación por lo que el futuro les deparaba.

Quédate conmigo (Lando y Juliette)Where stories live. Discover now